Extranjerismos
Extranjerismos Quienes me conocen y han leído esta columna, pueden dar fe de que no soy muy dado a utilizar palabras de otros idiomas, pues prefiero las del nuestro, al que le he dedicado gran parte de mi vida. Eso no significa que sea xenófobo ni sienta animadversión por lo que proceda del exterior, dado que a veces es indispensable apelar a ciertos recursos lingüísticos foráneos para comunicarnos. De hecho, el idioma español está amalgamado con palabras y expresiones que llegaron de otras latitudes y que posteriormente se lexicalizaron. En varias ocasiones me he referido al tema, y hoy volveré sobre él con la intención de dejar claro que no cuestiono el uso de palabras foráneas por el mero hecho de serlo, sino el abuso en el que incurren algunas personas, que por ignorancia o colonialismo lingüístico, desechan lo nuestro. A eso, Mario Briceño Iragorry lo llamó pitiyanquismo y lo definió como la imitación servil ...