¡no te comas la coma! ( II)

         La coma es  considerada como uno de los símbolos que más dudas y dificultades presentan a los periodistas  y a todas  aquellas personas que emplean el lenguaje como herramienta básica de trabajo. En la entrega anterior, los ejemplos mostrados sirvieron para indicar los usos más habituales de  esta, como  el caso de la separación de  los elementos sencillos de una enumeración; de  la aposición de un sustantivo, para separar el vocativo del resto de la oración, para sustituir  un verbo ya mencionado o sobrentendido, para cuando se altera el orden convencional de la oración, ante conjunciones adversativas, ante conjunciones consecutivas, ante el vocablo  “pues”, si es conjunción causativa; y ante este mismo  si es conjunción continuativa. Sobre cada uno de los casos hubo ejemplos claros y sencillos, que si  los ponemos  en práctica, lograremos avanzar considerablemente en la redacción de cualquier texto.
         Hoy volveré a hablar de  la coma del vocativo,  de la  de las  frases incidentales y de la que se usa para separar la aposición del sustantivo, aunque en el artículo del lunes 29 de abril dije que lo haría de los dos primeros casos; pero decidí agregar un tercero, en virtud de que    estos son los tres que     –a mi entender-, generan mayor confusión.    Antes debo aclarar un asunto relacionado con la reseña de la  detención del general Antonio Rivero, de la que muchos diarios (incluido este) escribieron exgeneral. Leí el despropósito en la columna de  mi paisano y amigo Grossman Parra Pinto, y al hacerle el comentario, me respondió que lo había escrito de forma  correcta y se lo habían modificado. Hago oportuna esta aclaratoria  con la sana intención de evitar que el mal se extienda. Cabe advertir  que las profesiones no tienen un tiempo de terminación, ni aun con la muerte,  pues aunque alguien   cese en las funciones, su  título no prescribe. Un periodista, un abogado, un profesor, un médico, un militar   o cualquier profesional que haya dejado de ejercer, no perderá su condición. Lo lógico hubiese sido escribir “general retirado” o como se dice actualmente: general en situación de retiro, que para los efectos  es la misma cosa. 
         Es frecuente que en diferentes tipos de escritura  aparezcan  frases sin la debida coma, como en el  caso del llamado vocativo, que  no es otra cosa que    el receptor (o receptores) del mensaje de una oración, que  siempre debe ir  entre comas: “María, haz el favor de enviar esta carta a Madrid”. En esta oración el vocativo es María, y si lo omitimos, la oración sigue siendo la misma: “Haz el favor de enviar esta carta a Madrid”. El vocativo se utiliza en dialogos, discursos, saludos, etc.:   “Hola, Sofía, por favor resuelve mi duda”;  “Estimados amigos, nos hemos reunido hoy para…”;  “Ustedes saben, valerosos soldados, cómo se ama a la patria”. Si se omite la coma del vocativo, las frases serían ambiguas y denotarían poco gusto y cero creatividad. Nunca deberá usarse coma ante los pronombres tú o usted. En consecuencia, las frases “Pero, tú, sabes que soy sincero” y “Aunque, usted, no lo crea”,  están  mal elaboradas.
        No está demás recordar que se usa coma para separar una frase u oración incidental, llamada también subordinada adjetiva explicativa, para diferenciarla de la especificativa: “Las lluvias, que son frecuentes en la región, causan mucho daño a las cosechas”. Si omitimos la frase parentética, el sentido de la frase no cambia y pasaría a ser una frase especificativa y no llevaría coma: “Las excesivas lluvias causan daños a las cosechas”.  Hay periodistas que, por descuido o desconocimiento, colocan la coma en el lugar inadecuado y dan pie a expresiones como: “Luis Mendoza secretario general de TNE estuvo de visita, en Guanare”. La coma debe ir entre el sustantivo y la frase que explica quién es Luis Mendoza: “Luis Mendoza, secretario general de TNE, estuvo de vista en Guanare”. Eso ocurre frecuentemente en el lead de las informaciones y en las fotoleyendas, y se ha convertido en un mal que conviene erradicar, en aras de que no siga propagándose. 
         En necesario recalcar que la coma se usa en aposiciones. Entiéndase por aposición la ampliación de un sustantivo con otro o varios sustantivos, para formar una frase que se puede  colocar tanto antes como después del sustantivo al que se refiere: “Filólogo de talento extraordinario, estudió en Caracas”; “Cervantes, el manco de Lepanto”; “Poeta de Andalucía, escribió también prosa”.                              
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