Reflexiones del nuevo año
Reflexiones
del nuevo año

Hoy me referiré a varios casos,
ampliamente comentados en esta columna, y que vale la pena volver sobre ellos,
habida cuenta de que se ha despertado un gran interés por el mejoramiento del
lenguaje oral y escrito. Mi palabra de gratitud para el periodista Omar Pérez “El
Defensor del Lector”, del diario Últimas Noticias, por la gentiliza que ha tenido en
comentar algunos de los artículos publicados en esta columna el año pasado, con
lo cual Nuestro Idioma se ha dado a conocer en el ámbito nacional. ¡Gracias,
compañerito!
La experiencia acumulada en las dos
décadas de este trabajo me permite afirmar que las impropiedades más comunes en los medios de comunicación son:
utilización inadecuada de verbos en gerundio, falta de signos de puntuación, de
concordancia y de tilde, a lo que se aúnan errores
semánticos, que son los que más se repiten y crean mayor confusión. Harto
conocido es el caso del vocablo sendos y su correspondiente femenino, que nada
tiene que ver con grande o extraordinario; pero muchas personas, incluidos
educadores y profesionales de la comunicación social, no lo han advertido Es
frecuente leer u oír que “a fulano de tal le dieron senda paliza”, lo cual es
impropio, pues sendos o sendas significa “uno cada uno o uno para cada uno de
dos o más personas o cosas”. Es indispensable considerar que la palabra en cuestión no
admite singular.
En el lenguaje deportivo y en el de
sucesos es en donde más abundan las situaciones viciadas. En reiteradas
ocasiones he dedicado artículos ampliamente documentados sobre cómo evitarlas,
y aunque es justo reconocer que ha habido receptividad y ciertas mejoras,
muchos siguen tropezando con la misma piedra, como dice una canción que
popularizó el cantante hispano Julio Iglesias. En las crónicas de sucesos es
común leer frases como: “El delincuente huyó siendo detenido al día siguiente”; “Un antisocial atracó a un ciudadano con un
facsímil” o que “Caen abatidos cinco delincuentes en operativo policial”. La
regla para el uso del gerundio sugiere que debe haber simultaneidad o
posteridad casi inmediata con el verbo principal. A simple vista se nota que
entre la huida y la captura hay una marcada posteridad. En cuanto a facsímil,
esto es la reproducción fotostática o por otro medio, de un documento, y con
eso difícil que un delincuente atraque a
alguien, a menos que sea en una tira cómica. Y el verbo caer conlleva la noción
de abatido, es decir, cuando alguien
cae, ha sido abatido y viceversa. Abatir, entre otras cosas, es colocar
horizontal lo que estaba vertical.
Recientemente apareció una nota en la
versión digital del diario Meridiano, publicada a propósito de un juego entre Tigres
de Aragua y Bravos de Margarita, en lo que muchos han llamado de forma
incorrecta octavos de final: “Tigres iguala la serie y forza el séptimo juego
ante Bravos”. El redactor no se percató de que la conjugación de dicho verbo en
tiempo presente, de modo indicativo y en tercera persona del singular, es
“fuerza” y no “forza”. Debió escribir: “Tigres iguala la serie y fuerza el séptimo
juego ante Bravos”. También pudo colocar el verbo en pasado: forzó. Dicho verbo
se conjuga como almorzar. ¿Usted almorza o almuerza?
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