Estadio, estadío y el género de países y ciudades
Estadio,
estadío y el género de países y ciudades

Hoy voy a hablarles de la palabra estadio, que al igual que intervalo, se
pronuncia de manera incorrecta. Cerraré esta entrega con una somera explicación
sobre cómo concuerdan en género los
nombres de los países y las ciudades con los artículos, adjetivos y otras
palabras que los acompañan, con la salvedad de que no existen normas fijas, y
se trata más bien de reglas orientativas.
Estadio, sin tilde, es el término adecuado
para referirse a la etapa o período determinado en la evolución de una
enfermedad, no estadío. Sin embargo, en la prensa, sobre todo en algunos medios
especializados, se encuentran frases como: “Cada vez más casos de cáncer de
mama en mujeres jóvenes se detectan en el primer estadío” o “En ese estadío de
vida, el cerebro comienza a establecer sus propios circuitos”, en las que se
emplea la forma con acento gráfico en la i.
En el Diccionario de términos médicos, de
la Real Academia Nacional de Medicina, se especifica que estadio es “etapa o
período determinado de un proceso, como la evolución de una enfermedad o el
desarrollo o crecimiento de un organismo, así como el grado de extensión de
algunas enfermedades, como el cáncer”, y se aclara que la acentuación con hiato
de esta palabra (estadío) es frecuente, especialmente en oncología, pero
inadecuada.
Por lo tanto, en los ejemplos anteriores,
lo apropiado habría sido escribir: “Cada vez más casos de cáncer de mama en
mujeres jóvenes se detectan en el primer estadio” y “En ese estadio de vida, el
cerebro comienza a establecer sus propios circuitos”. Estadio también significa
“etapa o fase de un proceso”, en general, y “recinto con graderías para los
espectadores, destinado a competiciones deportivas”. De allí deriva la
confusión, dado que algunos piensan que son dos términos diferentes. En cuanto
al recinto con graderías, es prudente acotar que el latinismo stádium es innecesario,
y se debe más al influjo inglés que a razones cultistas. Es inadmisible la
forma estádium, que no es ni latina ni española.
Los nombres de países que terminan en “a”
átona suelen ser femeninos: “Una Dinamarca conmocionada está alerta contra el terrorismo”.
El resto de los nombres de países —es decir-, los que terminan en consonante o
en “a” tónica u otra vocal, suelen ser
masculinos: “El Japón de hoy no es el Japón de hace un siglo”; “El primer
ministro dijo que dirigiría un Canadá más abierto al mundo”. Los nombres de
ciudades que terminan en “a”, sea tónica o átona, suelen ser femeninos: “Le
canta a esa Lisboa que Fernando Pessoa le enseñó”. El resto de los nombres de
ciudades —es decir-, los que terminan en consonante o en vocal distinta de “a”,
suelen ser masculinos, aunque también es muy frecuente el femenino por influjo
del sustantivo ciudad: “Se percibe un Berlín plagado de heridas de guerra; “Colectivos
urbanos trabajan por una Caracas más humana”. Cuando se
antepone la palabra todo, el género
alterna en todos los nombres de ciudades: todo Bogotá o toda Bogotá. En España
y México, se emplea el giro “el todo”, siempre masculino, para referirse a la élite
social: el todo Barcelona, el todo Cuernavaca. Esta ciudad es la capital del
estado de Morelos, México.
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