22 años
22 años

Siempre que
dedico artículos al cumpleaños de esta columna, reitero que no es fácil resumir
en dos cuartillas o quizás en menos, un trabajo de muchos años, además de que
es difícil y comprometedor hablar de uno mismo, sin que haya rasgos de vanidad,
de esa vanidad que, aunque es natural, debe ser dosificada. Sin embargo, y a
riesgo de lo que pudieran pensar algunos, estimo que Nuestro Idioma ha sido una
guía en los asuntos del lenguaje, y no porque lo diga yo, sino porque me lo han
testimoniado muchas personas e instituciones que la han adoptado como un
material de consulta.
Es honroso
y estimulante saber que a la luz de lo que se ha mostrado y analizado en esta
columna, muchas dudas han desaparecido. Sé que en instituciones de educación
secundaria y universitaria, la lectura de Nuestro Idioma forma parte del
proceso de enseñanza-aprendizaje, y eso, aparte de ser motivo de gratísimo honor
para quien esto escribe, es un enorme compromiso que he asumido con gran
responsabilidad. Durante este tiempo he tratado de satisfacer las inquietudes
que de manera regular recibo por diferentes vías, siempre con interesantes
temas que demuestran el cada día más creciente interés por escribir y hablar de
mejor manera, acompañadas de la autocalificación de asiduos lectores, lo cual
es una reafirmación de que el esfuerzo no ha sido en vano.
Las
bondades de la tecnología han sido grandes aliadas de Nuestro Idioma, pues
gracias a ellas la difusión ha sido masiva. Los usuarios de Facebook y Twitter
pueden leerla de manera regular a partir del domingo antes de que sea publicada
en Ultima Hora, que como se sabe, ocurre el lunes de cada semana. En la
actualidad más de quinientas personas la reciben en su buzón de correo
electrónico, al tiempo que existe un blog en el que pueden encontrar la
totalidad de las entregas desde marzo de 2013 hasta la del día de hoy. El deseo
y la intención de compilarlas en un libro, aún están latentes, y es posible que
si recibo el respaldo financiero adecuado, ese sueño se haga realidad.
Para
cerrar, y como suelo hacerlo en cada ocasión, doy gracias al Creador por la voluntad que me ha dado para mantener
este aporte a las personas que de una u otra manera utilizan el lenguaje con
herramienta básica de trabajo. Al diario Última Hora, en la persona de Néstor
Ramírez Paz, mis más expresivas gracias por permitir ser parte del selecto
grupo de colaboradores de este medio,
que sin dudas ha sido una escuela de periodismo de la que han egresado varias
promociones. De los 22 años de Nuestro Idioma, 16 han transcurrido en esta
empresa periodística, caracterizada por su responsabilidad y el respeto por los
lectores. Como sé que son muchas las personas que se esmeran para que este material
llegue al público de manera regular e impecable, le pido al licenciado Ramírez
Paz, que les trasmita mis más efusivas palabras de agradecimiento y mi deseo de
prosperidad en cada uno de sus hogares. ¡Dios es bueno, y para siempre su
misericordia!
@nuestrodioma65
nuestroidioma65.blogspot.com
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