El verbo emanar y Estados Unidos

29-5-2017
El verbo emanar y Estados Unidos



     Siempre que puedo, y por muy sencilla que sea la solución, trato de satisfacer las inquietudes que de forma regular recibo en mi buzón de correo electrónico. En la mayoría de los casos son planteamientos que reflejan sapiencia e interés por las cuestiones del lenguaje, lo cual, como es natural, me produce satisfacción y me impulsa a mantener este trabajo de divulgación periodística no ha sido en vano, al tiempo que me facilita la selección de los temas; pero ha habido ocasiones en las que los remitentes solo buscan que se les dé la razón sobre algo, generalmente basado en un excesivo purismo que no resiste el más simple de los análisis, o en el peor de los casos, plagado de incongruencias. También he recibido misivas con asuntos que muy fácilmente el consultante pudiera haber resuelto si hubiese echado mano de un diccionario, por muy elemental que este sea. No ha habido discriminación,  aunque varias han sido las preguntas que se han quedado sin respuestas, y los peticionarios pudieran, con toda razón, pudieran imaginar que a su solicitud  no le fue la dada la importancia que merecía. Nada más lejos de la verdad, pues esta es una columna destinada a responder inquietudes, en aras de  aportar soluciones sobre las necesidades expresivas del pueblo hablante, sin miramientos de ningún tipo.
     El tema de hoy, del que en muchas oportunidades me han pedido que dedique un comentario, no es precisamente la respuesta a una consulta particular del momento; pero sí es un asunto que preocupa a muchos redactores y, a decir verdad, no es manejado con facilidad. Por eso conviene hablar al respecto. Desde hace bastante tiempo había querido hablar de esto.
      Cuando me desempeñaba como coordinador en la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa, me llamó poderosamente la atención el uso inadecuado de varios verbos que en apariencia no presentan dificultad. Uno de ellos era emanar, empleado de forma muy repetitiva. Era frecuente leer boletines en los que aparecían frases como: “La orden fue emanada por la dirección general del Despacho”; “El Gobernador emanó un decreto mediante el cual se prohíben las colas en horas nocturnas”; “Los resultados de las licitaciones fueron emanados por el coordinador sectorial de Asistencia Técnica”, etc. Sin dudas, en los tres ejemplos, emanar está usado de manera impropia. Este es un verbo intransitivo, es decir, la acción permanece en el sujeto y resulta completa sin necesidad de un objeto directo. Significa proceder de alguien o de algo, como por ejemplo: “La simpatía que emana (que sale, que brota, que procede) de su persona, cautiva al primer momento”. El problema está en que se lo confunde con exhalar o emitir, como si fuese transitivo. En el primer caso pudo haberse escrito: “La orden fue emitida por dirección general del Despacho”. En el segundo debió escribirse: “El Gobernador emitió un decreto mediante el cual se prohíben las colas en horas nocturnas”. En el tercero, lo apropiado hubiese sido: “Los resultados de las licitaciones fueron anunciados por director sectorial de Asistencia Técnica”.
     En una ocasión alguien escribió: “Los malos olores que emana el vertedero de basura de Guanare, son insoportables”, lo cual evidencia un desconocimiento del referido verbo. Lo correcto habría sido: “Los malos olores que emanan del vertedero de basura de Guanare, son insoportables”. No se trata de suprimir el uso de emanar, sino de usarlo de forma correcta.
     En cuanto a Estados Unidos, puede decirse con el artículo o sin él: Estados Unidos o los Estados Unidos. El nombre oficial de la nación es con el artículo: los Estados Unidos de América. Pero lo corriente es Estados Unidos (sin el artículo). Si se emplea los Estados Unidos, la concordancia debe establecerse en plural: “Los Estados Unidos van a lanzar un nuevo satélite”. En cambio, si se usa sin el artículo, hay una noción de singularidad, que sugiere que la  igualdad de accidentes gramaticales se establezca en singular: “Estados Unidos va a lanzar un nuevo satélite”.
     Sobre el gentilicio de los nacidos en ese país, es prudente recalcar que no es norteamericano ni americano, sino estadounidense, aunque norteamericano y americano se hayan vuelto indesarraigables.
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com                                             

                                 

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