Mínima diferencia
la
mínima diferencia
En la
entrega anterior de esta columna
hablé sobre el lenguaje deportivo, y para tal efecto cité algunos
ejemplos sugeridos por el joven locutor y comentarista Héctor González, quien
es un apasionado por el buen decir y ha entendido que la herramienta básica de una persona que se precie de ser locutor o
periodista, es el lenguaje, y más aun en el ámbito deportivo, en el que se
requiere conocimientos, originalidad, disciplina y una vasta cultura general. Héctor posee esos
elementos y sin dudas llegará a ser uno de los mejores. En la de hoy analizaré
otras frases y expresiones del argot deportivo, específicamente del fútbol, por
una amable sugerencia de mi amigo Manuel Castillo, árbitro colegiado de fútbol
en retiro y, a mi entender, la persona que más conoce de ese deporte en
Guanarito. Con Manuel tuve el honor de conducir sendos programas televisivos, con
ocasión de la Copa América 2007, realizada
en Venezuela, y del Mundial Sudáfrica 2010, por Guanarito Televisión. Además, tuvimos la satisfacción de asistir
al primer partido entre nuestro país y Bolivia en el estadio Pueblo
Nuevo de San Cristóbal, en las eliminatorias para la cita de Brasil 2014. Ese
encuentro lo ganó Venezuela con un gol
de Oswaldo Vizcarrondo, luego de
cabecear la pelota servida por César “El
Maestrico” González” con ocasión de un saque de esquina. Fue una noche inolvidable, pues aparte de que
nos dimos un gustazo por el triunfo del combinado venezolano, pudimos constatar
la gran afición por el balompié que existe en el estado Táchira.
La primera de las inquietudes de
Manuel Castillo tiene que ver con expresión la “mínima diferencia”, muy
utilizada por comentaristas y narradores, incluidos muchos de larga trayectoria
en el oficio. La utilizan para referirse
a un encuentro que termina con
anotación de un gol por cero, como el de Venezuela y Bolivia. En ese contexto está mal utilizada, dado que la
mínima diferencia no solo se da con el resultado de un solo gol, sino cuando hay uno
de diferencia. Un partido puede terminar dos por uno, tres por dos, cuatro por
tres, y en todos hay diferencia de uno, lo cual hace impropia la frase en cuestión.
La mínima diferencia se da también en
otros deportes, como en el basquetbol, por ejemplo, en el que un partido pudiera terminar con un
marcador de noventa y ocho por noventa y
siete y también hay una mínima diferencia. La frase adecuada, en el caso de un
solo tanto, es la “mínima anotación”, que no es igual que la mínima diferencia.
La segunda inquietud del popular “Mano
Castillo” es la muy extendida frase “tiempo de descuento”, empleada para
señalar el tiempo extra que se juega en cada partido. En ella hay un error
semántico avalado por la Real Academia, dado que entre las definiciones del
sustantivo descuento, está el que se relaciona con el fútbol. Pareciera que
quienes definieron el término, ignoran que en el fútbol no se descuenta tiempo,
sino se añade, para compensar el que se pierde por faltas, sustituciones o cualquier otra causa
propia del juego o por algún factor externo.
Hace varios años la Fifa, mediante un comunicado en su página web,
exhortó a los árbitros, comentaristas y narradores, a que erradicaran de su
vocabulario la expresión “tiempo de descuento”; pero muy pocos fueron los que
acataron la recomendación y la gran mayoría sigue incurriendo en la impropiedad. El vocablo
descuento tiene cierta validez en el sentido de que el tiempo extra se descuenta
del reglamentario, que como todos sabemos, es de noventa minutos. Ahora, una
persona que se valore como buen comentarista o como narrador, deberá hablar de “tiempo
de reposición”, “adicional”, “añadido”, “extra” u otra forma análoga. No se
debe confundir tiempo añadido con las prórrogas que suelen ser jugadas en competencias
cortas en las fases siguientes a la ronda eliminatoria, como en los campeonatos
mundiales. No es una regla, sino una condición que establece la organización
del evento.
Finalmente, están clásico y derbi, que muchos confunden y
usan indistintamente. Del primero, mi supina ignorancia me indica que es el
encuentro de dos equipos del mismo estado, país, región o en campeonatos mundiales, siempre que sean
equipos de tradición. El más conocido en
cuanto a clubes, es el de Barcelona y Real Madrid; mientras que en selecciones
está el de Argentina y Brasil. Derbi es un encuentro, generalmente
futbolístico, entre dos equipos de la misma ciudad y que mantienen permanente
rivalidad. Como ejemplos podemos citar el que protagonizan Real Madrid-Atlético
de Madrid y AC Milán e Inter de Milán
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