¿Venezuela se respeta?
¿venezuela se respeta?
Siempre que ocurre algo en lo que
nuestro país se impone por encima de grandes obstáculos, salen a relucir frases
y expresiones con las que se pretende exaltar el nacionalismo, el coraje y la
valentía de los que tuvimos el privilegio de haber nacido en esta tierra.
Cualquiera sea la actividad se desarrolle, afloran expresiones, por lo general
cargadas de orgullo venezolano, muchas de las cuales muestran gran ingenio,
aunque otras contienen
impropiedades gramaticales que vale la
pena comentar, en función de que sean corregidas. Luego
de que la Vinotinto obtuvo el cuarto lugar en la más reciente Copa América, el director técnico, para la
época César Farías, expresó: “¡Venezuela se respeta, carajo! El compromiso
nuestro es cada día mayor como país cuando uno ve cosas como estas,
que podemos vivir todos juntos, unidos, en paz y por una mejor Venezuela. El
compromiso de estos jugadores y de nosotros es dar el máximo de nuestro
esfuerzo para llegar a 2014. Sigamos soñando juntos, que viva Venezuela”.
Lo expresado por Farías es una
demostración del deseo y de la dedicación
porque nuestro combinado tuviera, como en efecto lo tuvo, un gran desempeño en las eliminatorias
para la máxima cita del balompié mundial, que como todos sabemos, será este año
en Brasil. Pero no basta jugar bien, sino ganar, y es lo que ha sucedido con
Venezuela, que a pesar de que ha
mejorado bastante y se ha deslastrado de la mentalidad perdedora, debe
mejorar aun más.
La actual situación de conflicto ha
sido motivo para que se haya puesto de
moda la expresión “Venezuela se respeta”, con la que se alude al hecho que
ninguna fuerza extranjera está facultada
para intervenir en los asuntos
internos, pues debe respetarse la autodeterminación de los pueblos, tal como
está consagrado en las cartas fundamentales de la mayoría de los países. Hace
algunos días oí la aludida frase en una emisora de radio del estado Portuguesa,
en la que se utilizaba como nombre de
una sección dedicada a analizar los
hechos de violencia que han sacudido a nuestro país en los días más recientes.
Como obligación moral de alguien que se
ha dedicado por muchos años al estudio del lenguaje oral y escrito, hice la
respectiva observación, con un argumento basado en lo gramatical, y obtuve como
respuesta que esa fue tomada de forma
textual de una publicación que con el
mismo nombre aparece en Internet. Ante tal respuesta, la cual no le da validez a la expresión, intenté explicarle al
locutor, que además es periodista y abogado, que es impropio decir “Venezuela
se respeta”; pero mi explicación fue
subestimada. Para mi sorpresa y desagrado, al día siguiente ya la sección había
sido eliminada.
Lo cortés hubiese sido que tanto el
conductor como la producción del
programa hubiesen analizado el tema, y si no estaban de acuerdo con mi señalamiento,
hubieran presentado su argumento, no con la intención de señalar al equivocado,
sino con la de estimular una polémica
sana que a la postre hubiera resultado provechosa, con base en la función que deben cumplir los medios de
comunicación. Nada de eso ocurrió.
Los que utilizan y han utilizado la
frase “Venezuela se respeta”, no han caído en cuenta que la misma tiene una
sutil impropiedad que vale la pena conocer en virtud de usarla de manera
correcta. El fallecido presidente Chávez nunca se percató de que empleaba de
forma incorrecta. Lo mismo ha ocurrido con el mandatario Nicolás Maduro, con Diosdado Cabello y otros funcionarios y figuras del alto gobierno.
Venezuela no se puede respetar por sí sola, dado que el verbo respetar es transitivo, lo que
implica que su acción debe recaer en el sujeto que realiza la acción. En este
caso, lo correcto sería que se le agregara la preposición “a” y se
reconstruyera por “A Venezuela se respeta”, toda vez que hacerlo de la forma en la que se la utiliza
comúnmente, es una muestra de desconocimiento del aspecto gramatical y
lingüístico, muy lamentable y cuestionable
en personas que se desempeñan como comunicadores sociales, que deben
poseer una visión muy clara de la función que los obliga a educar, entretener e informar. El canciller
Elías Jagua dijo en una ocasión reciente: “Venezuela se respeta y no está
sola”.
Y no es que para trabajar en radio, en
televisión o en un medio impreso sea necesario ser individuo de número de la
Real Academia Española; pero debe tenerse
presente que un locutor o periodista, bien sea de radio o televisión, es y debe
ser un educador a distancia, y lo que difunda, mal o bien, se arraigará en el
vocabulario del común de los ciudadanos y ciudadanas. Hay quienes tratan de
justificar los errores en el falso argumento de que “así habla el pueblo”, lo
cual no es cierto, pues se supone que
los que hacen vida en los medios de comunicación social son personas que deben
tener alguna preparación para orientar y educar al común del usuario, que es
como ahora se les llama a los que cotidianamente reciben el servicio, de acuerdo
con lo establecido en la Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión,
conocida popularmente con el acrónimo de Ley Resorte.
“Venezuela se respeta” es además un hashtag al que cualquier ciudadano podrá tener acceso.
Está en la red en formato PDF y contiene la visión oficialista de lo que ha acontecido en
estos más de treinta de días de protestas. Está bastante interesante, solo que
el título contiene un error que no debemos propagar.
@nuestroidioma65
nuestroidiomablogspot.com
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