Para Thelmo y Andrés
para
thelmo y andrés
Luego del artículo de la semana pasada,
dedicado a la redundancia y al pleonasmo,
recibí dos interesantes observaciones, a las que voy a darles respuesta, en virtud de honrar el objetivo de
esta columna, creada para contribuir con el mejoramiento del lenguaje escrito y
oral. La primera fue de mi amigo y compañero columnista Thelmo Travieso, quien me señaló la falta de ejemplos sobre el pleonasmo.
Por razones espacio no los coloqué, y le
prometí que hoy lo haría. Dispongo de un espacio de dos cuartillas, y por lo
general escribo entre 600 y 700 palabras, y al superar el tope,
incurro en una falta que puede ser penalizada con la no publicación. La otra
inquietud fue de Andrés Knobelsdorf, asiduo lector de Nuestro Idioma , a quien
le ha generado dudas el vocablo “dizque”,
habida cuenta de que en una ocasión lo
usó y uno de esos sabidillos y espontáneos del lenguaje que nunca faltan, se la tachó por incorrecto,
y con aires de suficiencia, le recordó que la forma correcta es “ique”.
Me es grato entonces, dedicar un artículo
a estos dos excelentes lectores y compañeros en el quehacer de la palabra, en
función de satisfacer sus inquietudes y las de otras personas que no tengan
claro el asunto. Antes debo una vez más informarles que el taller de ortografía
y redacción está en pie, solo que por razones ajenas a mi voluntad, no he
podido fijar la fecha y el costo, lo
cual aspiro definir en el transcurso de los venideros días y anunciarlo
oportunamente. Los interesados en participar pueden contactarme por el
04143528938. Les recuerdo que habrá cupo solo para 25 personas.
Aprovecho para aclarar que las noticias no ocurren; ocurren
los hechos que pudieran generar noticias, dado que no es lo mismo información
que noticia. Se ha vuelto una mala costumbre en las promociones de noticieros
de radio y televisión, en las que anuncian
“un resumen de las noticias ocurridas durante el día”, lo cual es un
despropósito, y todo el que se precie de comunicador social, debe evitar, sobre
todo si trabaja en los medios antes nombrados.
Pleonasmo, como lo expliqué la semana
pasada, es la repetición de términos innecesarios. Difiere de la redundancia,
ya que puede ser usado como recurso expresivo, con la intención de
dar más fuerza, viveza o espontaneidad a la lo dicho. Son pleonásticas las
frases “lo vi con mis propios ojos”, “feliz y contento”, “raudo y veloz” e “íngrimo y solo”. De buenas a primeras podrían
ser consideradas inadecuadas desde el punto de vista gramatical, sobre todo la
primera, pues es imposible que alguien quite prestados unos ojos para ver; pero
desde el aspecto semántico, tiene un gran valor literario. Si digo que “lo vi
con mis propios ojos”, la intención es aseverar que no me lo contaron, que no es cuento, sino
que fui testigo. No es lo mismo decir que estoy feliz, que “feliz y contento”,
pues el uso reiterado dos vocablos de igual significación, le da
fuerza y vivacidad a la expresión. Lo mismo ocurre con “raudo y veloz” e
“íngrimo y solo”, cuyos términos por separado carecen de fuerza expresiva.
En cuanto a dizque, preocupación de
Knobelsdorf, se usa normalmente como adverbio, con el sentido de al parecer o
supuestamente: “Eran candidatos dizque muy civilizados”. También se emplea como
adjetivo invariable, antepuesto siempre al sustantivo, con el sentido de
presunto o pretendido: “Con un tono no muy amigable, el dizque jefe convocó a
reunión”. En algunas zonas de Venezuela
se emplea la variante “ique”, que sin dudas es una deformación gráfica y por ende fonética de la forma original, pues mantiene
el mismo sentido. Ambas pueden usarse en
razón de gusto, y mi amigo Andrés puede estar tranquilo, toda vez que los equivocados son otros. Según la documentación que ofrece la Real Academia
Española, en México existe la forma “quesque”,
producto de la
fusión de “que es que”: “Ya sabía que ibas a venir, me lo dijo Pancho,
quesque a buscar trabajo”. La forma “ique” es un venezolanismo.
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