La concordancia, una vez más
La
concordancia, una vez más
Varios son los
elementos con los que todo redactor debe apercibirse para lograr una escritura
medianamente aceptable. Lo básico y fundamental son las palabras por la índole
de la entonación (agudas, graves, esdrújulas y sobresdrújulas), signos de
puntuación, además de conocer, aunque sea someramente, la función que cada
palabra cumple dentro de la oración. Cuando se adquiere habilidad en el manejo
del asunto, los obstáculos van despareciendo, y con solo oír una palabra, se
podrá saber si es compuesta derivada o de otra naturaleza. Los prefijos y los
sufijos son determinantes, y con el sentido común, sirven de guía para una
buena redacción, sea cual sea el ámbito de desempeño. Conviene, además, saber
que existe algo que se denomina concordancia, que es la que evita que hablemos
como Tarzán: “Yo ser”; “Tú venir”; “Ella querer”. De eso voy a hablarles hoy;
pero antes respondo una inquietud de mi amigo Rafael Ángel Parra Peraza,
respecto de bendecido y bendito. Bendecido se utiliza como participio en la
formación de los tiempos compuestos y de la pasiva de bendecir: he bendecido,
fue bendecido. Bendito se usa exclusivamente como adjetivo: tierra bendita, el
Dios bendito. Por cierto, todos los atributos divinos se escriben con inicial
mayúscula: Altísimo, Creador, Dios, Mesías, Redentor, Sanador, Salvador, Todopoderoso, etc.
La concordancia no es más que la igualdad
de accidentes gramaticales entre dos palabras: Existen dos clases: nominal y
verbal. La nominal es la igualdad de género y número. Se da entre un adjetivo o
un artículo y el nombre al que se refieren: “las gafas”, “luz pálida”, “este
momento”, “el pan es sabroso”. También se presenta entre el pronombre relativo
o demostrativo y su antecedente: “Aquellos tiempos lejanos, en los cuales tanto
nos divertimos; “Pasaron Luis y su mujer; esta muy seria, aquél, muy alegre”.
La concordancia verbal, como su nombre lo
sugiere, es la igualdad entre el verbo y su correspondiente sujeto: “No lo
sabes tú bien”; “Han germinado las siembras”. Debe tomarse muy en cuenta que
cuando la palabra concertada se refiere a varios nombres o sujetos, la
concordancia debe hacerse en plural: El fuego y el aire son elementos. Si hay
varios géneros, domina el masculino: “Los puentes y las lanchas estaban
destrozados. Si hay varias personas (gramaticales), domina la segunda sobre la
tercera, y la primera sobre cualquier otra: “Tú y él eran buenos amigos”; Tú y
yo nos quedaremos”. Cuando hay discrepancia entre el sexo de la persona y el
género gramatical del sustantivo con la que se la designa, la concordancia se
atiene al sexo: “Su Alteza está disgustado”. Pero los adjuntos fijos conciertan
normalmente: Su Majestad Católica; Vuestra Excelencia. Cuando la palabra
concertada se refiere a un colectivo singular, se prefiere generalmente la
concordancia en singular: La multitud es sabia. Si el colectivo lleva un
determinante especificativo en plural, se prefiere la concordancia en plural y
en el género que tenga ese determinante: “La mayoría de aquellos moradores eran
analfabetos”.
El adjetivo pospuesto a dos o más nombres
en singular puede ir en singular si esos nombres se sienten como una unidad, lo
cual ocurre, por ejemplo cuando hay entre ellos algún parentesco semántico:
“Coherencia y claridad extraordinaria·. Si son de distinto género los
sustantivos singulares, el adjetivo concierta con el más inmediato: talento y
habilidad extremada; o se pone en plural masculino: talento y habilidad
extremados. Si son sustantivos en plural de distinto género, el adjetivo,
ateniéndose a la norma anterior, puede ir en masculino o –si el último
sustantivo es femenino-, en femenino; así, es posible decir: ciudades y pueblos
destruidos; pueblos y ciudades destruidas; pueblos y ciudades destruidos. Pero
la última forma es la más perfecta por su claridad.
Sobre
concordancia hay mucho más; pero son estos quizás los casos en los que se
presentan mayores dificultades. Pareciera un asunto complicado; sin embargo, si
el redactor tiene claro lo que es el sujeto, verbo, número predicado, adjetivo,
género, no tendrá dificultad para establecer la concordancia, fundamental
escribir con propiedad. Los que se dedican a la escritura de manera profesional,
están en la obligación moral de manejar el asunto con relativa facilidad, para
no incurrir en situaciones que generen dudas.
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com
Comentarios
Publicar un comentario