La coma del vocativo y la acentuación (II)
La
coma del vocativo y la acentuación (II)
El
martes 6 de los corrientes, por una bendición del Dios Todopoderoso, fui
incluido en el grupo de colaboradores (ellos lo llaman autores) del periódico
digital Periodistas.es de España, y
por ese hecho, muchos amigos y conocidos tuvieron la gentileza de enviarme por
diversas vías palabras afectuosas que me estimulan a continuar este trabajo de
divulgación periodística que cada lunes comparto con aquellas personas que
emplean el lenguaje como herramienta básica de trabajo. Como lo dije en una
publicación en Facebook, no me había
propuesto ser columnista de un medio internacional, aunque siempre me recreé en
la fantasía de que mis aportes para un mejor uso del idioma español fueran
estimados allende las fronteras. ¡Que los escritos de un acarigüeño radicado en
Guanarito les haya llamado la atención, es algo que estimula, que honra, que
satisface y que se agradece! Le expreso mi palabra de gratitud al licenciado
Néstor Ramírez Paz, director de Última Hora
y a todo su equipo, por la gentileza de permitir que por 18 años, que se
cumplieron el 2 del mes en curso, esta empresa periodística haya sido la casa
de Nuestro Idioma. Este logro no es
solo mío, es también de los que siempre me han apoyado en la noble misión de
escribir para enseñar. ¡Muchas gracias!
En la primera entrega de esta serie les
hablé de la coma del vocativo, que no es otra cosa que “la palabra o las
palabras que sirven para invocar, llamar o nombrar a una persona o cosa
personificada”. Es uno de los casos en los que más se incurre en impropiedad,
más ahora en la era de las redes sociales, en las que por descuido y por
desconocimiento, muchos escriben sin comas y sin tildes.
Para manejar con relativa facilidad el
asunto de la tilde, lo digo una vez más, es necesario saber que no es lo mismo
tilde que acento. Acento es la mayor entonación con que se destaca una sílaba;
en tanto que tilde es un símbolo grafico que se coloca sobre la sílaba tónica,
habida cuenta de que, salvo los monosílabos, toda palabra tiene una sílaba que
se destaca sobre las demás. Una palabra aguda
es la que tiene la mayor entonación de voz (acento) en la última sílaba. Se
le coloca la tilde cuando termina en vocal o en consonante “N” o “S”: acá, ají,
bebé, bebí, café; comí, corrí; avión, balcón, balón, destrucción, Asís, Anaís,
anís, etc. Hay, por supuesto, palabras agudas que no llevan tilde: arroz,
atroz, brevedad, barbaridad, casualidad, cambur, esperar, espantar, dividir,
efectuar, estornudar, etc. Fíjense que todas tienen la mayor fuerza de voz en
la última sílaba; pero no deberá colocársele la tilde, por las razones ya
mencionadas.
Las palabras graves o llanas, como
también se les llama, son aquellas que
llevan la mayor intensidad de voz en la penúltima sílaba: árbol, cárcel, ángel, difícil, túnel, azúcar, lápiz, césped, fácil, útil,
carácter, débil, etc. No llevan
tilde si terminan en vocal o en “N” o “S”: problema,
adulto, martes, zapato, volumen, pesca, amazonas, tasa, piso, corazones, etc.
En este caso es prudente advertir que no es lo mismo terminación que
entonación. Terminación, como su nombre lo sugiere, es la última letra; en
cambio entonación es la mayor fuerza con la que destaca una sílaba. Por esa
confusión, muchas personas han escrito Nelsón,
estuvierón, buscarón, vinierón y
otras barbaridades. Quienes incurren en ese despropósito, se dejan llevar por
el enunciado de las palabras agudas, que indica que estas deben llevar tilde
cuando terminan en vocal o en consonante “N” o “S”. En efecto, Nelson,
estuvieron, buscaron y vinieron terminan en “N”; pero su mayor entonación de
voz está en la penúltima sílaba.
Las palabras esdrújulas son las que llevan la mayor intensidad
de voz en la antepenúltima sílaba: América, Bélgica,
Sudáfrica, música, miércoles, sílaba, máquina, gramática, económico, pájaro,
séptimo, cuídate, brújula, gótico, hígado, ejército, características, cállate,
dámelo, fósforo, cáscara, cerámica, oxígeno, didáctico, válido, etc. Las palabras sobresdrújulas
son las que llevan la mayor intensidad de voz en la sílaba anterior a la
antepenúltima, y al igual que las esdrújulas, siempre llevan tilde: cuéntamelo, devuélveselo, éticamente, fácilmente,
explícaselo, rápidamente, juégatela, véndemelo, repíteselo, frívolamente,
ágilmente, ábremelo, dígaselo, cálidamente, difícilmente, dibújamelo,
dócilmente, gánatela, etc.
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com
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