l a terminal aérea La semana me referí alas formas masculinas y femeninas de algunas palabras, y lo hice a propósito de la frecuencia con que aparecen en los medios impresos impropiedades de concordancia, que desdicen de la formación y capacidad de los que las escriben, generalmente licenciados en Comunicación Social con muchos años de ejercicio. A muchos redactores y redactoras se les dificulta saber cuándo una palabra es masculina o cuándo es femenina. Aproveché la ocasión para referirme de manera fugaz al tema de sexo y género e hice hincapié en señalar que lo que determina la masculinidad y feminidad en los seres vivos, es el sexo y no el género, como erróneamente se ha difundido, al tal punto, que pareciera un vicio indesarraigable. Hoy voy a referirme a un tema que en muchas ocasiones ha sido motivo de polémicas que han terminado discordia, pues los exponentes han esgrimido argumentos débiles que no resisten el más simple análisis, y que guarda relación
Entradas
Mostrando entradas de octubre 9, 2013
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
masculino y femenino El sábado 28 de los corrientes, poco antes de comenzar a redactar este artículo, leí por Internet una nota de la agencia Efe, cuyo título era: “Autorizan cambio de género a niño de seis años en Argentina”; pero en el sumario se advertía que “la autorización servirá para que el niño cambie su sexo en el documento de identidad nacional”. De buenas a primeras puedo decir que la confusión entre género y sexo no es exclusiva de Venezuela, en donde por cierto hay una ley sobre la violencia de género, sino que va más allá. En varias ocasiones he escrito sobre la diferencia entre género y sexo. Muchos han quedado conformes con la explicación y otros no, pues no han entendido que ambas palabras no son sinónimas, y que conviene diferenciarlas para darles el uso adecuado. Hoy no voy a hablar del asunto; pero quiero dejar claro que lo que determina si alguien (en el caso de los seres vivos) es varón o es hembra, es el sexo y no el género. Géner