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Mostrando entradas de febrero, 2018

La coma de vocativo y la acentuación (y III)

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La coma de vocativo y la acentuación (y III)       Culmina esta serie de tres artículos dedicados a la coma del vocativo y a la acentuación,   y espero que los ejemplos mostrados hayan sido asimilados en función de disipar las dudas. La coma es uno de los signos de puntuación más difíciles de manejar, a pesar de que existen reglas que pueden ser muy útiles. Muchos escritos se tornan incompresibles por el uso inadecuado o por la omisión de este importante signo. Se sabe que debe usarse para separar miembros de una enumeración, siempre que no estén precedidos por las conjunciones   y , e , o , u : “El nuevo director es estudioso, educado y de buena familia”; “Toda su familia fue a recibirlo: padres, hermanos, primos, sobrinos, etc.”; “¿Qué deseas: té, café o un refresco?”. Sin embargo, sobre todo en las redes sociales, se ha impuesto la mala costumbre de no usarlo, o en el peor de los casos, de emplear el inadecuado: casa. carro. bicicleta. dinero. Y aunque el procesador de

La coma del vocativo y la acentuación (II)

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La coma del vocativo y la acentuación (II)        El martes 6 de los corrientes, por una bendición del Dios Todopoderoso, fui incluido en el grupo de colaboradores (ellos lo llaman autores) del periódico digital Periodistas.es de España, y por ese hecho, muchos amigos y conocidos tuvieron la gentileza de enviarme por diversas vías palabras afectuosas que me estimulan a continuar este trabajo de divulgación periodística que cada lunes comparto con aquellas personas que emplean el lenguaje como herramienta básica de trabajo. Como lo dije en una publicación en Facebook, no me había propuesto ser columnista de un medio internacional, aunque siempre me recreé en la fantasía de que mis aportes para un mejor uso del idioma español fueran estimados allende las fronteras. ¡Que los escritos de un acarigüeño radicado en Guanarito les haya llamado la atención, es algo que estimula, que honra, que satisface y que se agradece! Le expreso mi palabra de gratitud al licenciado Néstor

La coma del vocativo y acentuación (I)

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La coma del vocativo y acentuación (I)      No llevo la cuenta de las veces que he escrito acerca de los signos de puntuación y de las palabras por la índole de la entonación, y en cada ocasión he mostrado ejemplos sencillos, tomados de los medios de comunicación y del habla cotidiana, en función de contribuir con la erradicación de las dudas. Me complace saber que a la luz de las observaciones vertidas en esta columna, muchas personas que utilizan el lenguaje como herramienta básica de trabajo han adquirido destrezas en el manejo del asunto, lo cual evidencia que este trabajo de divulgación periodística, que en noviembre de este año cumplirá 24, no ha sido en vano. Pese a que ha habido grandes avances, aún hay quienes no han podido apercibirse de los elementos esenciales para una escritura medianamente aceptable. Lo lamentable es que esas personas son en su mayoría profesionales universitarios: periodistas, educadores y abogados inclusive, quienes por el rol que desempeñan, e

¡Voy a aplicar a un trabajo!

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¡Voy a aplicar a un trabajo!      Las impropiedades relacionadas con verbos son muy pocas, pues por lo general son más comunes con las preposiciones y otras partes de la oración. Sin embargo, hay algunas que son frecuentes, como decir que tal o cual orden “emanó por la presidencia de la República”, o confundir iniciar con comenzar , que aunque su significado es equivalente, su construcción no. La más recurrente, sin dudas, es la del verbo aplicar , que se lo utiliza con un significado que no le corresponde. En varias ocasiones me he referido al caso, y hoy una vez más vuelvo sobre él, en virtud de disipar las dudas.      Antes de entrar en materia les informo que no es cierto que la Real Academia Española haya registrado la validez de expresiones como “Sube para arriba”; “Salte para afuera”, “Baja para abajo”; “Entra para adentro”, etc. Es lo que se conoce como pleonasmo . La docta institución, hasta donde yo sé, mantiene el criterio de que es un vicio que debe evitarse. H