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Mostrando entradas de agosto, 2013

Otras palabras (I)

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    otras palabras (I) Como era de esperarse, el artículo de la semana pasada, titulado “redacción periodística”,   produjo reacciones diversas, pues muchas personas se sintieron aludidas, y en conversaciones informales han manifestado   su descontento, pues consideran que hubo exageración en el comentario. Sin embargo, el asunto no ha pasado de simples habladurías de quienes   que no tienen la mínima noción de lo que es la comunicación social   y se creen periodistas porque toman fotos   y envían datos a algunos medios, generalmente   con horrores ortográficos. Por otro lado, hubo palabras   elogiosas por parte de algunos   que se dedican al noble oficio del diarismo y lo tomaron como una nueva oportunidad de aclarar algunas dudas, que es la razón de ser de esta columna. Quien tenga un criterio diferente sobre el contenido antes publicado, podrá manifestarlo, y si está bien argumentado, no dudaré en darle cabida, en función de que se cumpla lo establecido en nuestra Carta Mag

Redacción periodística

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  redacción periodística          Los   treinta años como columnista de prensa, de los que he dedicado casi diecinueve al estudio y divulgación de las impropiedades lingüísticas, me han permitido forjarme un criterio sólido acerca de sus causas y consecuencias, amén de que me han deparado infinitas   satisfacciones, dado que a la luz de comentarios vertidos en esta columna, muchas personas han erradicado errores y han adquirido facilidad en la redacción de textos. Ese hecho hace que cada día este trabajo lo realice   con más entusiasmo, convencido de que el esfuerzo no es ni ha sido en vano.   Varias   son y han sido las instituciones públicas y privadas que   han tomado las enseñanzas de Nuestro Idioma, con lo cual han desechado vicios   de lenguaje que por mucho tiempo habían permanecido indesarraigables. Me complace sobremanera saber que hay casas   de educación superior en las que la lectura de esta columna es recomendada, lo que me llena de orgullo.   Además, es placent

Redacción periodística

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  redacción periodística          Los   treinta años como columnista de prensa, de los que he dedicado casi diecinueve al estudio y divulgación de las impropiedades lingüísticas, me han permitido forjarme un criterio sólido acerca de sus causas y consecuencias, amén de que me han deparado infinitas   satisfacciones, dado que a la luz de comentarios vertidos en esta columna, muchas personas han erradicado errores y han adquirido facilidad en la redacción de textos. Ese hecho hace que cada día este trabajo lo realice   con más entusiasmo, convencido de que el esfuerzo no es ni ha sido en vano.   Varias   son y han sido las instituciones públicas y privadas que   han tomado las enseñanzas de Nuestro Idioma, con lo cual han desechado vicios   de lenguaje que por mucho tiempo habían permanecido indesarraigables. Me complace sobremanera saber que hay casas   de educación superior en las que la lectura de esta columna es recomendada, lo que me llena de orgullo.   Además, es placenter

Frases redundantes

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frases redundantes             Hace ya unos cuantos años   escribí sobre las palabras superfluas, es decir, aquellas repetidas que no añaden información, empleadas   en el lenguaje de los medios de comunicación y   en el habla cotidiana. Quise en esa oportunidad mostrar ejemplos sencillos que permitieran   aclarar que la frase    “valga la redundancia”, utilizada por algunas personas para justificar el uso repetido   de ciertos y determinados vocablos, no tiene cabida, pues no puede ni podrá valer algo que está viciado y que se debe evitar.     Hoy volveré sobre el tema, y en tal sentido mostraré   varios casos de uso    frecuente en la comunicación oral y escrita, que debemos conocer en virtud de no incurrir en ese feo vicio del lenguaje, que denota poco gusto y cero creatividad.   Haré hincapié en diferenciar entre lo que es redundancia y lo que es pleonasmo, pues aunque tienen similitud, hay entre estos términos un sutil detalle que convine conocer para saber qué es uno y