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Mostrando entradas de octubre, 2016

Pedro Chapón y Willian Tovar

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Pedro Chapón y Willian Tovar       En los días más recientes he recibido sendas misivas por vía de correo electrónico, de Pedro Chapón y de Willian Tovar, contentivas de dudas que son frecuentes en la redacción de textos. Ambos son conscientes de que todo profesional debe manejar con facilidad el lenguaje que emplea, a fin de hacerse entender y cumplir la labor que habrá de desarrollar. Hay personas con amplios conocimientos en su oficio; pero cuando  escriben, demuestran que no se preocuparon por aprender lo básico y elemental de las normas para una escritura aceptable y agradable. Por supuesto, no son todos, dado que existen los que sí están conscientes de la importancia de escribir con propiedad, y por eso se distinguen de los demás. El primero me ha consultado sobre puntos que han sido tratados en varias ocasiones en esta columna, así como en talleres y charlas sobre aspectos lingüísticos en los que he participado como facilitador. Nunca está demás volver a hablar de ellos, so

El verbo aseverar

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El verbo aseverar                Cuando se estudia ciencias de la comunicación social se aprende que para la redacción periodística existen técnicas y mecanismos que permiten  señalar lo que textualmente expresan los informantes. Se usan citas directas, semi directas e indirectas. Para lograr ese propósito, se emplean verbos en tercera persona, con los que se puede evitar la repetición monótona y darle claridad a lo redactado. Los manuales de estilo de los más importantes diarios del mundo incluyen una sección con los verbos y su definición, para que los redactores los atribuyan de manera adecuada y no como una forma práctica de concluir un párrafo. En el Manual de Estilo del diario El Nacional de Venezuela se le llama  “Verbos para atribuir”; en tanto que en el  Manual de Redacción del Tiempo de Bogotá, esa sección aparece como “Palabras para atribuir”, que al igual que la del diario venezolano, le sirven al periodista como guía para evitar el uso repetitivo de “dijo” o “infor

¿Es con h o sin ella?

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¿Es con h o sin ella?      Hace algunos días, mi amigo, paisano y colega Grossman Parra Pinto me hizo una entrevista para un foro que suele publicar los lunes en un importante medio impreso del estado Portuguesa, lugar en donde ambos estamos radicados y cumplimos nuestra labor periodística: él al servicio del aludido diario, y yo como director de Prensa y Protocolo de la Alcaldía del municipio Guanarito. Sin habérselo propuesto quizás, Grossman le tributó un reconocimiento al trabajo que me ha tocado desempeñar durante más de treinta años, primero como articulista y después como locutor y orientador lingüístico en este y otros diarios. Por cierto, Nuestro Idioma cumplirá 22 años el venidero 12 de noviembre.      El diálogo giró en torno de los errores más comunes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana. Mi entrevistador se interesó por saber las causas de las impropiedades lingüísticas, y cuál ha sido la reacción de las personas a las que les he hecho observacion

¡Para José Neptalí!

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¡Para José Neptalí!       Siempre será agradable saber que, a pesar de lo engorroso que es el aspecto gramatical y lingüístico, hay personas a las que les apasiona el tema y constantemente se ocupan de apercibirse de nuevos conocimientos. Muchos han sido los artículos publicados en esta columna, surgidos de consultas de lectores que han adoptado este trabajo de divulgación periodística como un manual  para disipar sus dudas, lo cual me honra y a la vez me compromete en la búsqueda de respuestas que satisfagan las inquietudes. Hace algunos días recibí una misiva en la que el amigo José Neptalí Alvarado me plantea una situación relacionada con los dos puntos. Le agradezco los comentarios elogiosos y la autocalificación de “asiduo” lector de Nuestro Idioma. Su duda es quizás es la misma de la mayoría de los que tienen por oficio la redacción de textos. Mostraré algunos usos, y para tal efecto he tomado ejemplos de la exposición que al respecto ofrece la Real Academia Española, ada

¡Todo sea por la paz!

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¡Todo sea por la paz!      Al momento de redactar esta nota, en el vecino y hermano país Colombia apenas los residentes de esa nación y los que habitan en el exterior se preparaban para acudir a las urnas y emitir su opinión en torno de un proceso que, para bien o para mal, marcará un nuevo hito histórico, pues la finalidad, en términos generales, es aprobar o rechazar los acuerdos de paz, luego de cincuenta y dos años de muerte y desolación. El objetivo, según el gobierno, es la terminación del conflicto; y según las Farc, “buscar la paz con justicia social por medio del diálogo”. Como toda actividad humana, tiene seguidores y detractores. El ejemplo es el uribismo, cuya máxima figura es Álvaro Uribe Vélez, aunado al  Partido Conservador. La posición del exmandatario ha sido cuestionada duramente por amplios sectores de la sociedad neogranadina, lo que implicaría que los detractores serían derrotados por una amplia mayoría que quiere a su país regrese la tranquilidad que se p