¿Liga de sofbol femenino?



¿liga de sofbol femenino? 

       Sin habérmelo propuesto, los más recientes artículos de esta columna han sido dedicados al lenguaje deportivo, con base en sugerencias y recomendaciones de mis amigos Héctor González y Manuel Castillo, apasionados por el deporte y preocupados por el buen decir. La entrega de hoy también tiene que ver con el ámbito deportivo, y es producto de una inquietud del profesor Edgar Quero, quien es columnista y fiel cultivador de la amistad popular. Al profesor Quero me une, aparte de la amistad, el oficio de la escritura y la pasión por el equipo Tiburones de La Guaira. Trataré de satisfacer su inquietud sobre el uso del adjetivo femenino que  se emplea de forma inadecuada  para nombrar  gremios deportivos, aparte de  que  hablaré de dos palabras que no son de ese ambiente, pero que es prudente mencionarlas para aclarar las dudas. Antes debo agradecer el gesto del gobernador Wilmar Castro Soteldo, quien tuvo la gentileza de obsequiarme un valioso material bibliográfico con el nombre de  Venezuela en el corazón, Diccionario de voces venezolanas, de Juan Correa, en tres tomos de más de mil páginas cada uno y editado por la Unefa. Quien tenga la oportunidad de conseguirlo, le recomiendo que lo lea para se que  dé un gustazo con términos y expresiones de nuestro país que quizás haya oído alguna vez y que le hayan producido curiosidad por el origen y significado.
          No debo dejar pasar inadvertida la ocasión para expresar mis palabras de gratitud a todas aquellas personas que me acompañaron ayer domingo en mi casa, con ocasión del Tiburonazo, encuentro único en su estilo, que reúne a  fanáticos de Tiburones de La Guaira del estado Portuguesa, y que en esta ocasión llegó a su tercera edición, con un homenaje a Hiván Martínez Parra.
         Al profesor Edgar Quero y a otras personas preocupadas por el buen decir, les inquieta el hecho de que con gran frecuencia se leen y se oyen frases como: liga de sofbol femenino, torneo de fútbol femenino, asociación de volibol femenino,  club de árbitros de beisbol femenino, etc. En todas existe una impropiedad, toda vez que las disciplinas deportivas, con contadas excepciones, no son ni masculinas ni femeninas. Una cosa es que sean practicadas tanto por hombres como por mujeres. En el sofbol, el beisbol, el fútbol, el basquetbol y  volibol, las reglas son las mismas para ambos sexos, aunque a veces se introducen algunas modificaciones para facilitar el desempeño de las damas. De modo tal que, no hay liga de sofbol femenino, sino liga femenina de sofbol, y el mismo criterio es aplicable a otros deportes.
          Las otras palabras que aludí en la introducción de este artículo, son automotriz y curul, de las que ya he hablado en esta columna y he  dado explicaciones en talleres y charlas de lenguaje a periodistas y otros profesionales de la comunicación social. Muchos ignoran que el sufijo triz es femenino, y al entrar en la composición de un vocablo, este adquiere ese género. Es el caso de emperatriz, directriz, institutriz, meretriz y  automotriz. Es común y corriente leer u oír que “el parque automotriz ha disminuido considerablemente en los años más recientes” o que el negocio tal  tiene un gran surtido en repuestos automotrices. En ambos casos hay algo impropio que debemos conocer, en función de hacer un uso adecuado. Existe una elemental falta de concordancia, y es que los sustantivos parque y repuestos son masculinos y por el tanto, el adjetivo que los califica, debe tener la misma terminación. Lo apropiado es: “El parque automotor ha disminuido considerablemente en los años más recientes” y “el negocio tal tiene un gran surtido en repuestos automotores. En cuanto a curul, el asunto es fácil, pues solo se debe tener presente que es una palabra femenina, y por ende, no es correcto hablar de un curul, sino de una curul. Hago este comentario a propósito de las elecciones del domingo 8 diciembre, mediante las que fueron elegidas las personas que ocuparán las curules en los concejos municipales.
        Y como el inexorable paso del tiempo siempre nos conduce a un nuevo año,  y como es necesario descansar después de cada trabajo o actividad,  me tomaré el resto de los días de diciembre de este año  y gran parte de los de enero del venidero,  para  ordenar algunas ideas relacionadas con esta columna que cumplirá 20 años. Es posible que para  mediados de 2014 se convierta en un libro que recoja lo más significativo de los 19 anteriores. Al desearles feliz Navidad y prosperidad en el año, les informo que Nuestro Idioma reaparecerá el 27 de enero de 2014.
@nuestroidioma65
         
               
                                     

                                                  
       

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