“Juventúd unefista 15 años en revolución”



 “juventúd unefista 15 años en revolución”

         Hoy tenía previsto hablar de algunos términos plasmados en el libro Al Filo del Delito, del periodista  Santiago Gutiérrez, experimentado reportero de sucesos, en el que hace una muy fina descripción sobre algunos hechos que conmovieron a la opinión pública nacional e internacional. Los amantes de la criminología y los redactores que tienen inclinación por las crónicas de sucesos, pueden encontrar una excelente guía en el referido texto. El periodista y abogado con postgrado en criminalística, analiza el  caso del Inca Valero, el de la modelo Marisol Da Silva Vieira, el asesinato de tres jóvenes de 14, 15 y 16 años, perpetrado por el sargento de la hoy extinta Policía Metropolitana, Argenis Rafael Ledezma,  a quien luego de cometer el delito, se le conoció como “El Monstruo de Mamera”;  los rehenes en el Urológico San Román y en Terrazas del Ávila; la muerte del beisbolista Gustavo Polidor, el doble asesinato de Alsina Sánchez y su hija Oriana Monasterios, quienes fueron quemadas vivas en Parque Caiza; el asesinato que cometió Cybel Naime de 19 años, por un gato;  la masacre de Kennedy, el caso del periodista Javier García, así como la muerte del reconocido actor Yanis Chimaras; pero por  una amable sugerencia de un gran amigo, hermano y aficionado del buen decir, lo pospuse para otra ocasión y le doy cabida al caso de un pendón que fue colocado en un ventanal del edificio de la Unefa en Chuao, Caracas, con tremendo error ortográfico.
        El libro de Gutiérrez contiene unos términos  propios del argot policial, que aunque están bien fundamentados, no comparto la definición que le da a algunos,  sin que  signifique que está equivocado. En la ocasión agregaré un comentario sobre el trato despectivo que algunos periodistas, dizque para llamar la atención,  utilizan cuando se refieren a los ciudadanos  cuando estos  han cometido delitos.       
         Las redes sociales se hicieron eco del citado aviso, en el que se aludían los logros  la juventud en  revolución, y no era para menos, pues apareció en una casa de estudios superiores, en la que se supone, debe haber claridad en los asuntos del lenguaje. En el texto del pendón podía leerse: “Juventúd Unefista 15 años en REVOLUCIÓN”, así, con  tilde en la “U”, escrito en dos renglones (las comillas son mías, para indicar la cita textual).  
        Sin tomar en cuenta el uso inadecuado de mayúsculas y minúsculas,  puedo asegurar que las personas que lo elaboraron, no tienen muy claro el asunto de la acentuación de palabras, pues de saber lo que es una aguda, grave o esdrújula, no le habrían colocado tilde a la palabra juventud, que es  aguda y no se le marca el signo gráfico porque no termina en vocal ni en consonante “N” o “S”, tal como  con lo establecen las reglas. Pudo haber ocurrido que  el o los responsables, en su afán por hacerlo de la mejor manera, hayan incurrido en lo que los gramáticos llaman ultracorrección, que no es otra cosa que cometer  en un error por tratar de  evitarlo.
         Confundieron la palabra ataúd con juventud, que semántica y fonéticamente no tienen similitud; pero terminan en las mismas letras, y eso pudo haber motivado la enorme “metida de pata”. Ataúd lleva tilde para evitar que se forme diptongo, pues de no colocársele, sería ataud. Entiéndase por diptongo la concurrencia de dos vocales que se pronuncian en una sílaba. El mismo caso es aplicable a las palabras continua y continúa, que muchos redactores confunden. La primera es un adjetivo que alude a algo que permanece sin interrupción; en tanto que continúa es del verbo continuar, conjugado en tiempo presente de modo indicativo, en tercera persona del singular. Y ya que he  hablado del tema, hace pocos días me llamó una amiga y compañera de trabajo, para consultarme sobre continua y continúa, toda vez que supo de alguien  que escribió continúa, de forma correcta, y se lo hicieron cambiar por continua, y para tal efecto, la persona que hizo la observación, utilizó un argumento equivocado.  ¡Válgame Dios!
         Casos como esos son sumamente graves, sobre todo cuando ocurren en los niveles medio y superior de la educación. La muestra más fehaciente está en el citado pendón de la Unefa, en el que hubo un error de gran tamaño, que ojalá lo corrijan y tomen conciencia de la importancia de escribir con propiedad. Las universidades fueron concebidas para vencer las sombras, no para crear oscuridad.  ¡Y después dicen que es el hijo de Antonio Figueroa y Bernarda Díaz, el que vive encontrando errores en donde no los hay!

@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com

     

                           

Comentarios

  1. Si es así entonces les invito a ver como escriben los de la UCV... https://3dwarehouse.sketchup.com/model.html?id=e6b3f2f95538bdc4329e458cfb7b12c9

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