Palabras colectivas, una vez más



palabras colectivas, una vez más

     En el apasionante mundo de las letras existe una gran cantidad de curiosidades y elementos interesantes que hablan por sí solos de la inmensa  riqueza de la lengua  española. En el libro Curiosidades del Idioma, de Rafael Escandón, aparecen palabras que igualmente se pueden leer de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, conocidas como palíndromos. Retruécanos, anagramas, frases sin verbos  y hasta una carta escrita al revés se pueden disfrutar en ese interesante texto, logrado de una forma  muy amena, en función de que se pueda apreciar la vitalidad de nuestro idioma. También  el castellano está conformado por  palabras polisémicas, homófonas, homógrafas y colectivas. A estas últimas voy a referirme, en virtud  de aclarar algunas dudas y contribuir a disiparlas, sobre todo en el diarismo, en el que  frecuentemente  se incurre en mal uso por descuido o por desconocimiento.      
     Antes debo agradecer la deferencia que tuvo para conmigo la Asociación de Locutores y Operadores de Radio y Televisión (Aloert), al otorgarme el botón Honor al Mérito,  por el Día Nacional de los Trabajadores de la Radio, en marco de una sesión especial en el Concejo Municipal de Guanare. Aprovecho también para expresar mi agradecimiento a todas aquellas personas que por diversas vías se han mostrado solidarios con los conceptos emitidos en los artículos dedicados a los narradores y comentaristas, lo cual demuestra que captaron  la verdadera intención del contenido, que dista mucho de lo que algunos han pretendido hacer creer.  Soy responsable de mis palabras y no de lo que se pueda entender de estas.         
     Palabras colectivas son las que  aluden a un conjunto, a un tipo de objetos que existen juntos. Si decimos o escribimos alfabeto, bandada o caserío, es fácil entender que nos referimos a las de letras del abecedario, a un grupo de aves y a un grupo de casas, respectivamente. Son colectivas igualmente armamento, maquinaria, problemática y vialidad. Por descuido o por desconocimiento, a  esos cuatro vocablos se los usa diariamente de manera inadecuada. Es común leer en notas de sucesos, en las que el redactor informa que “la policía capturó a un sujeto y le incautó un armamento”, por decir un arma. El título en cuestión pudiera tener validez si se tratase de varias armas, pues eso es lo que es armamento: un conjunto de armas. En cuanto a maquinaria, la situación es parecida, toda vez que en la mayoría de las notas de comunidad, se habla de maquinarias en vez de maquinaria (palabra colectiva que implica un grupo de máquinas). Muchos escriben: “La Alcaldía envió las maquinarias para remover los escombros”. Al hablar de maquinarias (en plural), se incurre impropiedad, toda vez que la noción de varias está implícita en el sustantivo singular maquinaria. Deberá hablarse de la  maquinaria o máquinas, de acuerdo con el gusto del redactor.
     Problemática es, como su nombre lo sugiere,  un conjunto  de problemas,  y en tal sentido, “en el gabinete social”  no se analizaron las problemáticas, sino la problemática, pues la forma singular es la llave que encierra varios problemas (Matemática elemental de primer año bachillerato). Sobre el uso inadecuado de las palabras colectivas he tenido la oportunidad de hablar en charlas y talleres dictados a comunicadores sociales, además de que en esta columna le he dedicado varios artículos, y pese a que  ha habido significativos avances, aún persisten las fallas.
     Con vialidad sucede igual que con las anteriores, y es una anomalía  que se ha extendido por distintas zonas del país y es común en  casi todos los medios. Muchos confunden   vía con vialidad y las usan indistintamente. Se ha hecho muy frecuente leer u oír que la alcaldía tal arregló la vialidad que conduce al caserío tal. Pudiera aplicarse si en realidad se tratase de varias vías, que es lo que significa  vialidad; pero si es una sola vía, la palabra está mal usada. Es incorrecto por tanto, escribir que el “Gobierno Estadal reacondicionó la vialidad hacia el caserío Las Cocuizas”. En todo caso será la vía hacia Las Cocuizas. Cosa diferente es decir vialidad urbana y vialidad rural, pues el sentido común nos permite intuir que se trata de varias vías.
        Al cierre de esta nota,  acuso recibo de una amable consulta del  gobernador Castro Soteldo en su programa de televisión Caminos de Revolución, sobre la palabra “rabulismo”. Rabulismo proviene de rábula, y aunque no está en el registro lexical, por analogía con otras   formadas con  el sufijo  ismo, sería algo así como la actuación, por demás indecorosa, del rábula.  Entiéndase por rábula, el “abogado indocto, charlatán y vocinglero”, de acuerdo con la definición que aparece en la vigésima segunda edición de Rae, la más actualizada que tengo entre mis libros.  

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