Titulación periodística

titulación periodística

    Toda información periodística debe contener una serie de elementos que le den forma y permitan la comprensión, en función cumplir el cometido. Como no hay una norma que unifique el nombre de cada uno, estos reciben diferentes nombres de acuerdo con el país; pero la mayoría son comunes. En otros países  llaman volanta al antetítulo, copete al sumario y epígrafe a la fotoleyenda o pie de foto. En Paraguay, por ejemplo,  el copete es el lead,  un acrónimo compuesto por las  dos primeras letras de la oración “copia pequeña del texto”. Me referiré solo al título y al antetítulo como elementos fundamentales de la titulación periodística, en función de aportar algunos conocimientos a los que se inician en el noble oficio del periodismo, y que sirva de repaso para los profesionales del diarismo. Antes, agradezco altamente la deferencia del abogado Eustoquio Martínez Vargas, de haberle dado respuesta en su columna a una consulta que le formulé hace varios  días, respecto del término nulidad aplicado al derecho. Gracias, Eustoquio.  
    El título es el elemento que debe condensar lo más importante de la información, de manera coherente y lo más completa posible. Debe estar elaborado de forma  que al leerlo se pueda tener  una idea clara de lo que es la noticia. Debe ser inequívoco, concreto, de fácil comprensión. La extensión varía de acuerdo con el espacio del que disponga el periódico y de la línea editorial de este. No obstante, los manuales destilo de los diarios y medios más prestigiosos recomiendan que no debe ser mayor a 13 palabras. Algunas agencias de noticias y direcciones de prensa de entes gubernamentales miden la extensión en  caracteres con espacio, como la Dirección de Medios Públicos del Gobierno de Portuguesa, cuyo manual de estilo establece que entre el antetítulo y el título no debe haber más de 120 caracteres. 
     Debe poseer sentido propio y leerse de forma independiente. No puede depender gramaticalmente ni del antetítulo ni del sumario, porque si por razones de edición debe ser eliminado, el título perdería su esencia. Es el elemento más importante y el único imprescindible de los de la  titulación. Los otros elementos de la titulación, en el contexto venezolano, son el antetítulo,  sumario, intertítulo, fotoleyenda y despiece. 
     Por ser una cuestión tipográfica, el título de una información no lleva punto final, no debe contener verbos en pasado. Se deberá emplear en activo y en presente indicativo, con excepción de hechos a los que no puede dárseles una sensación de actualidad: murieron, robaron, capturaron, hallaron. Es más impactante desde el punto de vista noticioso decir que “murieron 20 personas en un accidente aéreo”, que “mueren 20 personas en un accidente aéreo”; o que “descubren una vacuna contra el sida”, que  “descubrieron vacuna contra el sida”. En el primer caso se puede apreciar que el suceso se agota en sí mismo. Si alguien falleció, lo capturaron o hurtó algo, el acontecimiento ya pasó y el verbo debe reflejar la acción en pasado. En el segundo caso, el descubrimiento de una vacuna contra el Sida abre la puerta a nuevos acontecimientos que se relacionarían con ese hecho. De ahí que se prefiera el verbo en presente para darle la respectiva sensación de actualidad. Pero eso solo es una cuestión de estilo, y como tal, cada medio lo usa a su manera.
     El antetítulo es un título de secundaria importancia que, como su nombre lo indica, precede gráficamente al título principal. Complementa al título, le añade elementos circunstanciales, explicativos, referenciales o de análisis. Debe ser una frase con unidad conceptual que exprese algo importante de la información. Es independiente del título. No puede haber una relación gramatical entre ellos. La comprensión del título no puede depender de lo que se diga en el antetítulo, porque puede ser suprimido. Además, no debe  repetir la información que se da en el título. Debe ser más corto que el título. Cabe destacar que no es lo mismo el titular que el título. Por  el primero debe entenderse el espacio en donde van el antetítulo, el título y el sumario;  mientras que el título es una parte del titular.

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