¿Mata e hiere? ¡No lo creo?
¿mata
e hiere? ¡no lo creo?
Muchas
veces por el deseo de hacer las cosas bien, y que además es nuestra obligación
moral, incurrimos en errores por tratar de evitarlos. Esa práctica es muy común
en el lenguaje escrito, y ocurre con mucha frecuencia, sobre todo en
periodistas de sucesos que, en aras de que su relato quede impecable, sin darse
cuenta caen en impropiedades por querer evitarlas, máxime cuando narran
situaciones en las que algún sujeto le causa heridas a alguien y a la vez mata
a otro u otros. El fenómeno se conoce como ultracorrección, y voy a explicarlo
con el ejemplo que sirve de título a este artículo, dado que de cuando en
cuando algún fulano “mata a una persona e hiere a varias”.
Antes debo responder una inquietud del
colega locutor y compañero en el quehacer de la palabra, Alí Domingo Oviedo,
quien desde hace varios días me había sugerido que hablara sobre la palabra
alternativa, y por razones de tiempo no había podido dedicarme al tema. La
palabra alternativa es polisémica, es
decir, tiene varios significados; pero el que le preocupa a Alí, es el más
usado. Anteriormente, alternativa era la posibilidad de escoger entre dos o más
opciones, por lo que era incorrecto decir “tengo varias alternativas”. Desde
esa óptica, solo se podía tener opciones que estaban dentro de una alternativa,
llave o gama de posibilidades; pero luego de una de esas enmiendas que la docta
institución le aplica al registro lexical, alternativa es igual que opción, lo
cual, en mi opinión, contradice el significado de esta última y fomenta las
dudas. Alternativa también se usa
también en tauromaquia, para señalar el momento en que el torero recibe el
bautizo. Se habla de tomar la alternativa; pero si nos apegamos al significado
del vocablo, ¡cómo y de qué manera se aplica al hecho? Espero que algún
conocedor de la materia me lo
explique.
La conjunción “y”,
como debemos saberlo todos los que aprobamos el bachillerato y los que usamos
el lenguaje como herramienta básica de trabajo, toma la
forma “e” ante palabras que empiezan por el sonido “i”. Se mantiene inalterable cuando va seguida por otra vocal con la que forma
diptongo. Es el caso de “vitaminas y hierro”, “cloro y iodo”, “mata y hiere”. Es por eso que es incorrecto
escribir, por ejemplo: “Obrero de la construcción mata a un profesor e hiere a
cuatro personas”, como apareció hace algún tiempo en un medio de comunicación de
Barcelona, España. Se debe tener siempre presente que cuando la conjunción “y” antecede
a palabras que comienzan con los diptongos ia (hia), ie (hie) y io (hio), se
mantiene la forma “y”, tal como los ejemplos anteriores; pero la situación
cambia cuando la siguiente palabra empieza
por i (o hi), sin diptongo, en cuyo caso la conjunción cambia a “e”: “mató e
hirió”, “Geografía e Historia”, “chinos e indios”, etc. Entonces, en el ejemplo
anterior lo adecuado habría sido: “Obrero de la construcción mata a un profesor
y hiere a cuatro personas”. También se puede modificar la oración y decir
“hiere a cuatro personas y mata a un profesor”, dado que el orden en que se
describan los hechos no sería determinante desde el punto de vista
criminalístico. Otra solución hubiese sido colocar los verbos en pasado y
escribir: “…mato a un profesor e hirió a
cuatro personas”.
La Real Academia Española, en su
Diccionario Panhispánico de Dudas, advierte que antes de una palabra extranjera
cuyo sonido inicial es “i”, la conjunción “y” debe adoptar la forma “e”: “Iberia
e easyJet” y no “Iberia y easyJet”, porque el criterio que prevalece es el
fonético, no el gráfico. Recomienda mantener la forma “y” cuando la conjunción
tiene valor de adverbio en oraciones interrogativas, como cuando se dice: ¿y Iris?
para expresar cómo está Iris o dónde está Iris. Es necesario recordar que la
“h” no impide la formación de diptongo.
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