Copa América y algo más
Copa América y algo más
Sin ánimos de pretender erigirme en
comentarista deportivo, el artículo de hoy está relacionado con ese ámbito en el que,
una vez más lo digo, hay muchos disparateros; pero que al lado de estos hay
figuras que se distinguen por el gran aporte que le hacen
al deporte y al lenguaje. Siempre que me he referido al tema, he tenido
el cuidado de decir que cada quien es libre de ubicarse en el lado que estime
adecuado. Solo me referiré a algunos términos y expresiones que se utilizan en
el fútbol, a propósito de la cita futbolística americana. Antes de entrar en
materia, debo hablarles una vez más de
la colocación de la tilde en los monosílabos
AUN y MAS. Aprovecho para agradecer el comentario elogioso de Narciso
Torrealba, columnista de este diario y fiel cultivador del buen decir.
Muchos directores de medios, jefes de
redacción, de información, gerentes de producción, correctores y otros miembros
de la tribus periodística, se confunden e incurren en impropiedades, pues a
veces la computadora los resalta en rojo o en verde, y esto se debe a que el
procesador de palabras tiene una ortografía a la mexicana, que difiere de la
española, por razones que desconozco. AUN lleva tilde si equivale a todavía (valor
temporal): “Aún está enfermo”. No la lleva cuando tiene valor de incluso, hasta
y siquiera con negación: “Aprobaron todos, aun (incluso) los que no estudian
nunca”; “Puedes quejarte y aun (incluso/hasta) negarte a venir; pero al final
iremos”; “Ni hizo nada por él, ni aun (siquiera) lo intentó”. A la partícula
MAS se le coloca la tilde cuando tiene valor comparativo o expresa la idea de
suma: “Estás más joven que tu hermana”, “En política, dos más dos no son
cuatro”. En cambio, se escribe sin tilde
cuando funciona como conjunción adversativa. Se reconoce este uso, porque
admitirá la sustitución por pero: “Les ofreció casa y cena, mas no aceptaron”.
Es encomiable que comentaristas y
narradores utilicen términos y expresiones que demuestren creatividad y se
conviertan en aportes para enriquecer el argot; pero cuando esas expresiones se
basan en deformaciones fonéticas, errores semánticos u otras anomalías, son
bastante lamentables. En el canal Tves hay un narrador en esta Copa América, de
nombre Alberto Márquez, con buen timbre de voz y con suficientes conocimientos
sobre el reglamento de fútbol; pero más apropiado para la radio, dado el ritmo
que le imprime a la narración. Narrar en
televisión no necesita tantos detalles,
toda vez que el apoyo visual suple las omisiones en las que pudiera incurrir el
narrador. A cada rato, el susodicho habla de “recepcionar”, como si no
existiese el verbo abrir.
Es necesario recalcar que el sustantivo que da nombre a este deporte,
admite la forma aguda futbol y la grave
fútbol. La primera es más propia de México y algunos países de Centroamérica; mientras
fútbol es más utilizada por el resto de los hispanohablantes, en donde por
supuesto está Venezuela. Ahora, muchos son los comentaristas y narradores que, por
mostrarse más cultivados que sus colegas, imitan a los mexicanos y a los
centroamericanos. No es que sea ilícito usar la forma aguda “futból”; pero no
es propia de nuestra idiosincrasia, y la fuerza de la costumbre nos impulsa a
rechazarla. Es como si los venezolanos, porque hablamos español, utilizáramos
las conjugaciones que normalmente emplean los nacidos en Madrid o en
otra localidad de España. Aclaro que al escribir “futból” con tilde en la “o”,
lo hice para indicar que es un sonido agudo. No
lleva tilde porque termina en consonante.
En el lenguaje escrito, la cosa no es
diferente. Los medios impresos y los que se dedican al periodismo por Internet,
vacilan en cuanto al uso de mayúsculas y minúsculas. Ante esto, es no está demás
recordarles que las denominaciones alternativas de las selecciones se escriben sin comillas y con mayúscula: la
Albiceleste, la Bicolor, la Cafetera, la Celeste, la Roja, la Vinotinto, etc.
El mismo criterio se aplica a los jugadores del combinado nacional y a sus
seguidores: los albicelestes, los cafeteros, los guaraníes, los charrúas, los
vinotinto, con minúscula y sin comillas.
dfigueroa64@gmail.com
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