Usos de la coma (I)

Usos de la coma (I)

     Para escribir con claridad y precisión, es necesario saber identificar las palabras por la índole de la entonación, conocer la función que cada una  cumple dentro de la oración, y por supuesto, usar de manera adecuada  los signos de puntuación. De estos últimos he escrito  esto muy poco, dado que el material existente es muy abundante y aun confuso, pues hay muchos criterios que, lejos de aclarar el asunto, lo enturbian. En mi opinión, la coma es el más complicado y el que requiere mayor dedicación. Una coma mal utilizada puede cambiar el sentido de lo que se quiere expresar. No es lo mismo decir “Los espectadores, que estaban entusiasmados, se pusieron en pie”, que “Los espectadores que estaban entusiasmados se pusieron en pie”. Hoy inicio una serie artículos, con la intención de que los lectores de esta columna puedan despejar sus dudas y adquirir facilidad en el manejo de tan importante signo. Un periodista, un abogado o cualquier persona que use el lenguaje como herramienta básica de trabajo y que no tenga claro el asunto de los signos de puntuación, tendrá serias dificultades en el desempeño de sus funciones.    
     Según la Rae, la coma  indica la existencia de una pausa breve. Se escribe pegada a la palabra  o signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. No siempre su presencia responde a la necesidad de  una pausa, toda vez que existen en la lectura pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas. Aunque en algunos casos el usar la coma en un determinado lugar del enunciado puede depender del gusto o de la intención de quien escribe, existen comas de presencia obligatoria en un escrito, para que este pueda ser correctamente  interpretado. La coma tiene usos lingüísticos y no lingüísticos, y los mostraré cada uno, con base en las normas de la docta institución.
    Se usa para introducir  aposiciones explicativas: “Cuando llegó Carlos, el marido de mi hermana, todo se aclaró”; para adjetivos explicativos pospuestos al sustantivo u oraciones adjetivas explicativas: “Los soldados, cansados, volvieron al campamento con dos horas de retraso”. Pero  si el adjetivo o la oración adjetiva tienen función especificativa, no se escriben entre comas: “Los soldados cansados volvieron al campamento con dos horas de retraso”. En el primer ejemplo se explica que los soldados estaban cansados y por eso se retrasaron; mientras que en el segundo se especifica que, del total de los soldados, algunos, los que estaban cansados, llegaron con retraso; en expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación sintáctica con los elementos del enunciado en el que se insertan: “Tus empanadas, ¡qué delicia!, son las mejores que he probado en mi vida”; “Se presentó a comer, dime tú si no es un abusador, con diez amigos y sin avisar”. Se emplea también en cualquier otra clase de comentario, explicación o precisión: “Toda mi familia, incluido mi hermano, estaba de acuerdo”; “El buen gobernante, según sostenía un célebre político, debe estar siempre preparado para abandonar el poder”.
     La venidera semana le daré continuidad al caso de la coma; pero antes de cerrar esta entrega, les cuento que, según el anecdotario de la época, unos jóvenes irreverentes fueron sorprendidos pintado consignas en contra del general Juan Vicente Gómez. Al momento de haber sido sorprendidos por la Sagrada, que era la Policía del momento, habían escrito: Muera Gómez no hace falta al país. Ante tal atrevimiento, y acusados de subversivos, su destino sería la Rotunda; pero el líder  del grupo, con algunos conocimientos de lenguaje escrito, pidió que lo dejaran explicar el asunto, pues en ningún momento se trataba de un acto de rebeldía ni de ofensa al dictador. Ante la ingenuidad de los esbirros, con decisión y gran valentía  escribió: ¿Muera Gómez? ¡No! Le hace falta al país.
     Eso pudo haber sido cierto o producto de la creatividad de algún humorista de los que gustaban de mofarse del tirano; pero lo cierto es que ilustra la importancia del buen uso de los signos de puntuación.

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