Para los redactores de sucesos

Para los redactores de sucesos

     En una ocasión, hace ya varios años, una licenciada en Comunicación Social, compañera de labores en un medio impreso de Portuguesa, me cuestionó el uso de un término empleado en una nota sobre la detención de una persona por parte de la Policía de Guanarito. El argumento no me convenció, mas lo acepté hasta indagar sobre el asunto, y para tal efecto pulsé la opinión de varios periodistas especialistas en la fuente de sucesos, además de las de juristas consustanciados con el argot policial y con facilidad en el manejo del lenguaje. Me satisfizo saber que lo había utilizado de forma apropiada. Es un típico error en el que frecuentemente incurren muchos redactores, y para justificarlo, afirman que así se lo enseñaron en la universidad.
     Hoy les hablaré de sobre algunos términos y expresiones utilizadas en la redacción de sucesos, habida cuenta del mal empleo en el que frecuentemente incurren algunos redactores. Hace poco conversé por teléfono  con un amigo jefe de redacción de un periódico de Acarigua-Araure, sobre las impropiedades en las llamadas “páginas rojas” de la mayoría de los diarios de Venezuela, y coincidimos en que se abusa en el uso de algunas palabras y se incurre en impropiedad por el desconocimiento de otras. Antes debo informar que este artículo debió salir el lunes pasado; pero por fallas en la energía eléctrica, muy frecuentes en Guanarito, no pude enviarlo.  
     La palabra a la que hago alusión en la introducción de este escrito, es “sujeto”, especie de comodín de la jerga periodística, con el que se nombra a todo aquel  que haya sido detenido por acciones delictivas. No es cierto que cuando una persona incurre en un hecho que amerite su detención, tenga que llamársele sujeto. Aun cuando haya sido aprehendido en flagrancia, no  es la Policía ni la prensa las que determinan o determinarán su culpa. Sujeto se   debe emplear cuando se desconocen los nombres de los individuos involucrados en fechorías; pero una vez conocidos, su uso repetitivo es muestra de pobreza en el lenguaje. Aunque hayan cometido delitos, siguen siendo ciudadanos, pues la ciudadanía no se pierde ni aún con la muerte. 
     Otra mala costumbre en las crónicas de sucesos, es el uso inadecuado del verbo en gerundio, aunque ese es un mal que ha hecho metástasis en otras áreas de la escritura. Es común leer: “El asaltante huyó siendo detenido al día siguiente”. La norma para el uso del gerundio sugiere que haya simultaneidad o posteridad casi inmediata con el verbo principal. En el ejemplo, el verbo principal es huir (huyó), y entre la huida y la detención hay una marcada posteridad, lo cual hace que es “siendo” esté mal utilizado. Lo correcto es: “El asaltante huyó, y fue detenido al día siguiente”.
    El verbo abatir es el preferido de los redactores de sucesos, siempre que en enfrentamientos hay bajas del lado de los antisociales. Eso no sería cuestionable, siempre que se le dé el uso adecuado. A diario se lee: “Antisocial cayó abatido al enfrentarse a comisión policial”. A simple vista, pocos son los que podrán darse cuenta de que el título en cuestión contiene una sutil  impropiedad que conviene conocer para evitar el uso inapropiado. Abatir lleva implícita la noción de  caer, pues significa colocar de forma horizontal lo que estaba vertical. Lo propio es: “Antisocial fue batido…”
     Arma, armamento y facsímil  también merecen ser comentados, en aras de verificar su buen uso. Un arma es una unidad, y un armamento es un grupo de armas. Por tanto, si a una persona le incautan un revólver o una pistola, no es correcto decir que portaba un armamento. Tampoco es lícito decir que  fulano intentó atracar con un facsímil de revólver o de pistola, a menos que cargue una fotocopia. Un facsímil, apreciados periodistas de sucesos,  “es una copia o reproducción casi idéntica de un documento (generalmente antiguo y de gran valor, como un libro, un manuscrito, un impreso, un mapa o un dibujo a mano alzada) o de una firma”, y si no me creen, pregúntenle al colega Rafael  “Pepe” Roldán.      

   
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