El auto fantasma y el facsímil

El auto fantasma y el facsímil


     A los que hemos recibido clases de redacción periodística, se nos ha enseñado que existen recomendaciones que han de tomarse en cuenta, en función de que  se cumpla el objetivo. La prosa periodística debe ser explícita, precisa, y no debe basarse en jergas de profesionales o de comunidades específicas. Debe evitarse el uso de términos poco comunes, cuando existan palabras coloquiales equivalentes, aunque a veces es necesario emplearlas para llamar las cosas por su nombre. En aras de facilitar la comprensión, la construcción gramatical que debe usarse es: sujeto-verbo-predicado. Existen redactores que apelan frecuentemente a términos y expresiones inusuales, y uno no termina de saber si lo que hacen es literatura o periodismo. También están los que los que siempre echan mano a las mismas palabras y formas. Cuando ocurre un hecho en el que una persona es arrollada por un vehículo cuyo conductor se da a la fuga, le echan la culpa a un “auto fantasma”, y si un antisocial roba a alguien con un revólver o pistola de juguete, de forma maquinal escriben que fulano atracó a mengano con un “facsímil”. Y ni hablar del  “hoy occiso”, que se ha arraigado en el lenguaje de sucesos, como si no existieran frases equivalentes.
     Sobre eso voy a hablarles; pero antes le aclaro una duda a mi amigo Misael del Villar, abogado y preocupado por el buen decir, respecto de platabanda. A del Villar no le convenció la definición que de la referida palabra registra el diccionario Larousse, por lo que consulté el Drae (DLE) y encontré que platabanda es: “Techo plano de casas y edificios, básicamente de concreto”. Yo agrego que, por extensión, platabanda es una superficie horizontal de múltiples usos, como la de los camiones. Es sinónimo de plataforma.
     Se entiende que la frase “auto fantasma” se usa en sentido figurado, y es lícita siempre que se tenga conciencia de que su empleo responda a una intención de captar la atención para diversos fines; pero la mayoría de los redactores de sucesos la utiliza para referirse a hechos en los que ha habido arrollamiento por vehículos automotores, generalmente con saldo fatal, y que los conductores, para evitar su detención, desparecen del lugar. Quizás por eso se le llame fantasma, en alusión a “una  visión quimérica como la que se da en los sueños o en las figuraciones de la imaginación”. Si revisa el diccionario académico, se notará que  ninguna de las acepciones encaja en el contexto en el que se la usa actualmente. Por eso, es difícil que un auto fantasma arrolle a una persona, a menos que sea el de Gasparín, el fantasma amigable, creado en 1930, cuya intención no es asustar, sino hacer amigos. Lo cuestionable es lo repetitivo.
    Lo del vocablo facsímil, muy usado en las crónicas policiales, se ha vuelto un vicio casi indesarraigable. Es común leer u oír informaciones según las cuales un sujeto utilizó un facsímil para cometer un robo. Es un comodín que frecuentemente usan algunos periodistas, y hasta en las actas policiales aparece frecuentemente. No es usado de manera figurada, sino por desconocimiento. Si los redactores y sumariadores se tomaran la molestia de conocer el significado, encontrarían que este es una “perfecta imitación o reproducción de una firma, de un escrito, de un dibujo, de un impreso, etc.”, por lo que resultaría imposible que un ser humano atraque a otro con la  fotocopia de un revólver o una pistola. Simplemente es un revólver o una pistola de juguete, y ya.
     Con el agradecimiento al creador del cielo y de la tierra, y satisfecho por sentirme útil, les informo que esta es la última entrega de Nuestro Idioma por el año que está por finalizar. Gracias a las personas que me acompañaron en la cuarta edición del Tiburonazo. Mención especial para Nixon Abreu y su primo Ronald, quienes hicieron posible que el ex grandeliga guairista Argenis Salazar nos acompañara en el tradicional evento. Feliz Navidad y prosperidad en el año nuevo.  Dios mediante, volveremos a encontrarnos el lunes 25 de enero de 2016.
dfigueroa64@gmail.com
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com                     

                                  

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿La médico o la médica?

Etcétera y entre otros

¡Otra vez estadal y estatal!