A propósito de una “emergencia humanitaria”

A propósito de una “emergencia  humanitaria”

     Existen palabras que resurgen cuando suceden eventos que obligan el uso, y tienden a desaparecer cuando se ha dejado de hablar de los mismos. Las catástrofes naturales o provocadas traen consigo situaciones dolorosas que por lo general llegan a la crisis, y es entonces cuando se pone en marcha una serie de acciones con la finalidad de aliviar los sufrimientos. En el Caribe y en América del Sur ha habido en los años más recientes hechos que han demandado la solidaridad internacional, dada la magnitud de los daños. Muy recordado ha sido el terremoto de  Haití, que como se sabe, es uno de los países más pobres del mundo. También están frescos en la memoria los ocurridos en Chile, nación considerada como de alto ingreso, en la que sus más de dieciocho millones de habitantes promedian índices de calidad de vida, crecimiento económico, desarrollo humano, globalización y PIB per cápita, que se encuentran entre los más altos de América Latina.
     El pequeño territorio haitiano quedó literalmente devastado, y Chile ha sufrido los embates de varios movimientos de la capa tectónica, al punto que seis se ubican entre los más potentes de la historia. En ambas naciones ha habido crisis humana, no humanitaria, como erróneamente anuncian los medios de comunicación. De eso voy a hablarles una vez más.             
     Siempre que ocurre  un terremoto o se desata una guerra, los medios de divulgación masiva, en su afán de informar de primeros, realizan grandes coberturas, con corresponsales en el lugar de los hechos. CNN en español y su correspondiente en inglés, son las que más tiempo dedican a difundir imágenes y contenido verbal. Pero hay algo que desde el punto de vista semántico quiero  y debo comentar, en virtud de disipar las dudas, habida cuenta de que esta columna es leída por muchos profesores universitarios, estudiantes de Comunicación Social y comunicadores sociales de larga trayectoria.
     Se habla hasta la saciedad de “crisis humanitaria”, para describir los efectos devastadores; pero no se dan cuenta de que la referida frase contiene un contrasentido, pues una crisis es “un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”; mientras que humanitario o humanitaria es, entre otras cosas, algo “que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra u otras calamidades en las personas que las padecen”. Entonces, ¿cómo es que existe una crisis humanitaria? Podrá existir crisis en diversos órdenes: salud, educación, vivienda, transporte, economía, etc.; pero no en lo humanitario, pues esto es una  acción y un gesto de socorrer y brindar atención a los necesitados. Lo humanitario es lo que alivia la crisis. Podrá existir una crisis humana, pero no humanitaria, y si no, que alguien me lo explique, por favor.   
     Hace ya varios años, y dado lo repetitivo del término humanitario luego del más reciente terremoto de Chile, le envié una misiva electrónica a CNN en español, y aunque no recibí respuesta, dejaron de usarlo, no sé si por coincidencia o por el argumento que le mostré.  
     En Venezuela se ha puesto de moda la expresión “emergencia humanitaria”, promovida por la Asamblea Nacional, con la finalidad de enfrentar la dura situación que se vive en los actuales momentos. Indudablemente, eso tiene un matiz político partidista, y cada quien es libre de interpretarlo y de darle el significado que mejor le parezca. Yo me limitaré al aspecto lingüístico, que es lo que más o menos conozco.
     El caso de una emergencia humanitaria es el mismo de una crisis con igual calificación, y es a todas luces un error semántico que se debe evitar en aras de llamar las cosas por su nombre. Los medios de comunicación de Venezuela, con excepción de algunos, se hicieron eco del anuncio de la fulana “declaratoria de emergencia humanitaria” por parte de la Asamblea Nacional, y hasta abrieron  páginas con  grandes titulares. Solo hubo unos muy pocos, como Última Hora, que al publicar la nota, colocaron la frase entre comillas, lo cual da a entender que hicieron una reproducción del textual, para no incurrir en impropiedad, como debe ser.   
  
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