Pobreza en el lenguaje periodístico

 Pobreza en el lenguaje periodístico

     Muy pocas son y han sido las veces en que he hablado de errores para referirme a faltas de ortografía o de otra índole en el ámbito periodístico. Prefiero hablar de impropiedades, pues la palabra error contiene una fuerte carga expresiva. No es igual decir que alguien incurrió en una impropiedad, que cometió un error, pues con lo primero la reprimenda es más suave, mientras que con lo segundo, el responsable se sentiría apenado y desmoralizado, y lejos de procurar enmendar la falla, podría incurrir en otras. A eso, los gramáticos llaman ultracorrección, que no es otra cosa que incurrir en fallas por tratar de evitarlas. El caso más común de ese fenómeno es el “dequeísmo”, que muchos, al tratar de desecharlo, incurren en “queísmo”, un vicio tan cuestionable como su pariente cercano. Pero no es de eso de lo que voy a hablarles hoy, pues es un tema que requiere una revisión profunda, para luego mostrar un material contentivo de elementos que contribuyan con la erradicación de las dudas.
     Antes de entrar en materia, acuso recibo de una inquietud del profesor Auber Infante Bustamante, radicado en Chile, quien muy gentilmente me ha pedido que escriba sobre tesis, tesina, memoria de grado, trabajo especial de grado y otros elementos relacionados con el ámbito académico. Con mucho gusto lo haré en cualquier momento, y para tal efecto debo realizar una exhaustiva investigación, pues existen muchos criterios y cada autor defiende el suyo como el único. El tema no es fácil, y no me arriesgo a mostrar algo que solo sea el parecer de alguien. También le agradezco al profesor Infante Bustamante el comentario elogioso que escribió en Facebook, a propósito de un reto que nos impuso el abogado Freddy Escalona Rangel respecto de algunos gentilicios. Estoy en eso.
     Siempre he dicho, y hoy lo ratifico, que la herramienta básica de un periodista es el lenguaje. Si alguien que ha recibido el título de licenciado en Comunicación Social no sabe o no puede distinguir una palabra por la índole de la entonación, o se le dificulta el buen uso de los signos de puntuación, corre el riesgo de que su producción sea desechada por incongruente. Y si su léxico es pobre, pobre también será lo que escriba. También es cierto que para redactar con propiedad no es necesario tener profundos conocimientos de gramática, sino aplicar los elementos que se aprenden en primaria, en bachillerato y que a veces son refrescados en la universidad. A esto debe aunarse la obligación moral que tiene cada usuario de la lengua, máxime si es comunicador social, de preservar la unidad lingüística como elemento de identidad.
     Es común y corriente que en los medios de comunicación se lean o se escuchen frases como: a nivel personal, a nivel mundial, a nivel general, etc. Unos más atrevidos han escrito “a nivel de perfume” o que la situación se resolverá “a nivel de jueces”. No es que la expresión “a nivel de” sea del todo incorrecta, pues hay situaciones en las que sí es lícito emplearla”; pero en los casos nombrados se evidencia una pobreza lexical, más cuestionable si su autor es alguien cuya herramienta básica de trabajo es el lenguaje. El sustantivo nivel significa altura, grado, categoría, situación. No debe utilizarse “a nivel de” sin que aluda a esos significados.   
      Muchísima gente utiliza la expresión “en base a”, algunos porque prefieren emplear expresiones rimbombantes que suenan sofisticadas; otros porque ya se ha convertido en un hábito. La expresión “en base a” es utilizada por todo tipo de personas, desde catedráticos de Derecho y abogados, hasta tertulianos de programas de farándula y otros estilos, pasando por periodistas serios. Y todos cometen un error al usarla. La malhadada expresión puede sustituirse por: a partir de, basándose en, basándonos en, basado en, sobre la base de, tomando como base, en relación con, según, de acuerdo con, etc. Cabe destacar que la opción que se emplee dependerá del contexto. Lo que debe quedar claro es que hay muchas soluciones para el problema, y que un poco de reflexión antes de hablar o escribir, no estaría mal.      


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