Solo y sin tilde
Solo y sin tilde
Muchas personas ignoran que en 2010 la Real Academia
Española publicó una nueva ortografía, y pese a que fue bastante difundida, muy
pocos la conocen. Algunos que la que han leído, no se acostumbran a los
cambios. A partir de esa fecha, la docta institución suprimió los dígrafos ch y
ll (elle), por lo que ahora en el alfabeto español se cuentan 27 letras y no
29, como antes. Eso ha dado pie a dudas y equivocaciones. Ocurre que cuando en
un crucigrama aparecen preguntas relacionadas con el número ordinal de las
mismas, surge la duda o simplemente no se responde la pregunta. En el pasado ha
quedado aquello de la i griega (y) i latina, ve (v) corta y la be (b) larga,
pues todo fue subsumido en i, ye, be y uve. A estas últimas, la mayoría las
llamaba y las sigue llamando ve de vaca y be de burro. En menester saber que ya
no se le coloca la tilde a la conjunción disyuntiva “o”, ni tampoco al adverbio
SOLO y los pronombres demostrativos.
De esto
último voy a hablarles; pero antes respondo una inquietud del lector Richard
Carrasco, quien gentilmente me envió una inquietud respecto de la palabra
recambio, muy usada en el ámbito deportivo, en donde, con contadas y honrosas
excepciones que se distinguen muy bien, abundan los disparateros. Hay periodistas y locutores muy refinados, que por
pretender adornar la prosa e impresionar al público, a veces utilizan palabras
cuyo significado ignoran, y por eso siempre son objeto de severas críticas,
como algunos de Meridiano Televisión y otros de Tves, que no pegan una con eso
de “innovar” en el lenguaje, amén de que las narraciones y comentarios carecen
de la calidad deseada. Recambio en lo deportivo es volver a cambiar, y cuando
en el fútbol, un jugador es sustituido, eso es simplemente un cambio y no un recambio, sin
adornos. El recambio es o sería posible en el basquetbol u otros deportes en
los que un jugador sale y entra varias veces. ¡Lo demás es frivolidad y en la
mayoría de los casos desconocimiento, mis apreciados colegas! Y ya que he usado
signos de admiración, no está demás acotar que después de estos y de los de
interrogación, no se coloca punto. De paso, esta es una regla muy vieja, que
desafortunadamente muchos redactores desconocen.
Anteriormente,
a la palabra SOLO cuando cumplía funciones de adverbio (solo de solamente), se
le colocaba la tilde: “Después del incendio, sólo pudo recuperar algunos
electrodomésticos”. No llevaba el símbolo gráfico cuando tenía valor de
adjetivo: “Le gusta estar solo”. Hoy día, en ninguno de los dos casos la lleva, salvo cuando haya posibilidad
de confusión. A eso, muy pocas personas se han acostumbrado, y prefieren seguir
usando la forma antigua o la “romana vieja”, como decía mi señora madre. Eso no
estaría mal; pero en materia del idioma, quien no se coloque al corriente de
los constantes cambios, corre el riesgo de quedarse petrificado en el pasado.
En cuanto a los demostrativos este, ese y
aquel con sus femeninos y plurales, la
Real Academia Española recomienda no tildarlos, bien como pronombres (“Este es
un tonto”; “Quiero aquella”) o como determinantes (“Aquellos tipos”; “La chica
esa”), además de que por regla general no deben llevar tilde, por tratarse de
palabras graves terminadas en vocal o en “s”, y en el caso de “aquel”, por ser
aguda y terminar en consonante distinta de “n o “s. Advierte que no es
incorrecto cuando fungen como pronombres y pueda haber ambigüedad. “Si no
existe tal riesgo, han de escribirse sin tilde, por lo que nunca será
incorrecto omitirla; es decir, sin tilde siempre son correctas, pero con tilde
como pronombre son incorrectas si no hay doble interpretación”.
Ahora, las formas
neutras “esto”, “eso” y “aquello” no llevan ni nunca han llevado tilde, pues
solo funcionan como pronombres. Sin embargo, en los medios de comunicación y en
otros ámbitos de la redacción, ese caso se ha vuelto un vicio casi
indesarraigable, aunque nunca estará demás insistir en la necesidad de
erradicarlo.
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com
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