Fidel


      Lo más relevante en lo noticioso, político e histórico, ha sido la muerte de Fidel Castro, personaje a quien muchos admiran y otros aborrecen. Para bien o  para mal, marcó un hito en la historia reciente de la humanidad y es imposible no hablar de él. Luego de su fallecimiento, la prensa internacional ha mostrado contenidos informativos en los que la opinión está dividida sobre lo que fue y ha sido. En este artículo, el penúltimo del año, mostraré algunas claves de redacción relacionadas con ese hecho que aún sigue ocupando la atención del mundo. Antes de entrar en materia, doy gracias a Dios por haberme permitido culminar con éxito mi formación para optar al título de licenciado en Comunicación, mención Desarrollo Social de la Universidad Católica Cecilio Acosta. El sábado 3 de diciembre, junto con mi paisano y amigo Franklin Eleazar Piña, mostré las bondades  del producto comunicacional, que en otras universidades equivale a proyecto o tesis, según sea caso. En la Unica elaboramos un contenido informativo en cualquiera de las modalidades del periodismo, con el cual contribuimos con la sociedad en la que habitamos y reafirmamos el carácter social de nuestra Alma Máter. El nuestro fue merecedor de grandes elogios, tanto del jurado calificador, como de los demás integrantes del grupo que en 2017, al igual que Eleazar y este servidor, en ceremonia que tendrá lugar en Maracaibo, se convertirán oficialmente en licenciados en Comunicación Social, dado que muchos son periodistas por vocación.  ¡Felicitaciones a todos, y que continúen los éxitos!
     Se debe tener siempre presente que se escriben con mayúscula los sustantivos y adjetivos que forman parte del nombre de las revoluciones, salvo los adjetivos especificativos que expresan nacionalidad, en los que se emplea minúscula inicial. Por consiguiente, en Revolución cubana se escribe con mayúscula la letra erre y con minúscula la ce. El régimen político instaurado por Fidel Castro se conoce como castrismo y sus partidarios se califican como castristas. Los sustantivos que designan los movimientos o tendencias políticas o ideológicas son nombres comunes, por lo que deben escribirse con minúscula inicial. Esta norma es también aplicable a la denominación de principios, idearios y doctrinas políticas, en los que solo se escribirán con mayúscula inicial los nombres propios, normalmente correspondientes a su creador o ejecutor: la doctrina de Castro, por muy castrista que se pueda ser.
      Las denominaciones expresidente, ex primer ministro, ex comandante en jefe, etc.,  se escriben con minúscula inicial, como todos los nombres de cargos, según la nueva Ortografía de la lengua española, vigente desde 2010. Los prefijos se escriben, en general, unidos a la palabra a la que acompañan (expresidente); pero separados si preceden a una base formada por varias palabras (ex primer ministro, ex comandante en jefe). Algunos de los apodos con los que se alude a Fidel Castro son el Caballo, el Jefe, el Comandante o el Líder Máximo. Los apodos y los alias comienzan con mayúscula inicial y, si están precedidos de artículo, lo apropiado es escribir este con inicial minúscula. Los títulos de las obras literarias se escriben en cursiva (o entre comillas si no se dispone de ese tipo de letra) y con mayúscula solo en la primera palabra, salvo nombres propios u otros términos que la exijan: “La historia me absolverá”.
     El nombre de la capital de Cuba es La Habana, con el artículo en mayúscula, pues forma parte del nombre; por tanto, es inapropiado mencionar esa ciudad omitiendo el artículo: “En Habana tuvo lugar…”.
     Fidel Castro se definía como marxista-leninista. Esa tendencia política se escribe con un guion intermedio, ya que une dos adjetivos que se aplican a un nombre y cada uno de ellos conserva su forma plena y significado.
     De Fidel Castro, uno de los hombres más conocidos del planeta, se han dicho y escrito muchas cosas, unas para ponderarlo y otras para cuestionarlo. Sus partidarios lo estiman como un líder que luchó por las reivindicaciones del pueblo cubano, y otros lo señalan como un cruel asesino, responsable de la deteriorada calidad de vida de los que habitan en la mayor de las Antillas. Su nombre competo es Fidel Alejandro Castro Ruz.
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