Mensajear, textear y algo de concordancia

Mensajear, textear y algo de concordancia

     Las palabras, lo he dicho muchas veces y hoy lo repito una vez más, se forman por la necesidad expresiva del pueblo hablante. Cuando surge una nueva tecnología, por lo general es necesario el empleo de giros  y expresiones que habrán de permitir el conocimiento sobre el funcionamiento y el uso. Aparecen los llamados neologismos, que no son otra cosa que nuevos vocablos, formados por derivación, composición u otra modalidad. Estos se mantienen mientras el inexorable paso del tiempo no haya traído consigo nuevos recursos y elementos de uso. En los años finales de la década de los ochenta se puso de moda el fax, un sistema de copiado y envío a distancia mediante el hilo telefónico. Inmediatamente apareció el verbo faxear, con el que se describía la acción de enviar comunicaciones por ese aparato, muy novedoso para la época. Cayó en desuso y por el ende, el mencionado verbo desapareció. Con la invención del teléfono se acuñó el término telefonear, que está hoy más vigente que nunca, pues su utilidad se ha modernizado hasta llegar a la telefonía móvil celular.
     Les hablaré, entonces, de nuevas palabras, recogidas por la Real Academia Española. También me referiré a algunos casos de concordancia que son fuente de dudas frecuentes, por lo que es conveniente conocerlos para no incurrir en impropiedades. Antes les aclaro a mis colegas periodistas, sobre todo a aquellos que cubren la fuente de sucesos, que no se escribe “atacan e hieren”, sino “atacan y hieren”. Insisto, a propósito de su uso constante y cansón por demás, en que la denominación de los integrantes del cuerpo colegiado que se conforma para la elaboración de un nuevo texto constitucional, no es constituyentista como creen algunos, sino constituyente, tal como lo establece el Diccionario de la Real Academia Española (DLE). Es cuestión leerlo y ya.
     Los verbos mensajear y textear, con el significado de “utilizar un dispositivo móvil para escribir mensajes u otro tipo de textos”, son derivados correctos. En los medios de comunicación se encuentran frases como: “Hablar o mensajear mientras se conduce, aumenta el riesgo de morir”; “El capo reconoció que se mensajeaba con el líder de las Autodefensas”; “Textear mientras se conduce, implica más probabilidades de sufrir un accidente” y “Diariamente vemos a varios conductores texteando o hablando por el celular”. Ambos verbos se han formado de los sustantivos mensaje y texto, más el sufijo “ear”, como también ha ocurrido con faxear, telefonear, escanear, etc. A mensajear y textear se los considera válidos, y por tanto no deben escribirse entre comillas ni resaltarlos de otra manera. De esa misma índole son tuitear y wasapear, además de que el último de los nombrados se ha españolizado como guasapear.             
     En cuanto a la concordancia, debo decir que en la mayor parte de las construcciones del tipo “la mitad de”, “el resto de”, “la mayoría de”, etc., es adecuada tanto la concordancia con el verbo en plural: “La mayoría de los ciudadanos votaron”, como en singular: “La mayoría de los ciudadanos votó”. En el primer caso se debe a que existe una figura retórica que establece la concordancia, más por el sentido lógico que por las reglas. La palabra mayoría es colectiva e implica pluralidad, y por ende, no hay error al establecer la concordancia en plural. En ese mismo orden, son válidas las expresiones: “La mayoría de los conductores está a favor de prohibir circular a los vehículos más contaminantes”; “La mitad de los jóvenes tendrá problemas de audición a los 40 años”; “Un grupo de jabalíes acaba con tres terroristas del Estado Islámico”; “Mucha gente lo aplaudieron”; “Mucha gente lo acusaron”, etc. Son, como habrán podido entender, enunciados de doble concordancia, y cada quien podrá usarla en razón de gusto.
     En cambio, la concordancia con el verbo es obligada en plural cuando este lleva un atributo o un complemento predicativo: “La mayoría de los votantes están satisfechos”, o si los cuantificadores: infinidad, cantidad, multitud, se utilizan sin determinante, como en: “Multitud de personas presenciaron el acto desde la plaza”. Ante las dudas, es prudente advertir que la concordancia en plural nunca será incorrecta.
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