Vicios y errores en la redacción (2)

Vicios y errores en la redacción (2)

A mi profesor Ángel Lombardi Boscán

     La semana pasada les hablé de algunos vicios y errores en la redacción, en virtud de contribuir con la disipación de algunas dudas que aún persisten, pese a los aportes que muchos estudiosos del tema han hecho. La gama de impropiedades es amplísima; pero algunos autores coinciden en agruparlas en nueve puntos, que son fáciles de asimilar en aras de mejorar la escritura, sobre todo la de aquellos que aun cuando son profesionales con estudios de posgrado, les cuesta saber cuándo una palabra lleva tilde y cuándo no la lleva. Hay quienes aseguran que la gramática no es necesaria, pues Gabriel García Márquez sostuvo la tesis de la inutilidad gramatical, y a eso se acogen. Si la gramática fuese innecesaria, no sería materia de estudio en primaria, secundaria y en la universidad. Ahora, no es necesario saber mucho de gramática para escribir con propiedad, pues así lo demostraron Miguel de Cervantes y el gran Gabo; pero no son ellos una patente para desecharla por el simple hecho de querer imitar a estos grandes pensadores. En una ocasión, a propósito del Congreso Nacional de la Lengua Española en el estado mexicano de Zacatecas, el novelista colombiano tomó el estrado para leer el texto “Botella de mar para el dios de las palabras”, luego de lo cual dijo: “Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna; enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revolver con revólver”.
     Esa es una apreciación muy personal de García Márquez, y es posible que la haya expresado por jocosidad o porque la gramática no era su fuerte, lo cual no le resta méritos, menos aun cuando se hizo célebre y universal por “Cien años de soledad”; pero de ahí a tildar la gramática como innecesaria, es un criterio que no resiste el más leve de los análisis. Ese argumento es propio de algunos y algunas que no manejan con facilidad el uso de la tilde, los signos de puntuación y otros principios que gobiernan el empleo de las lenguas.
     En la primera entrega me referí al error que consiste en la colocación de una coma entre el verbo y el sujeto; a la falta de concordancia, falta de propiedad en el uso de los términos, el uso incorrecto de gerundios, y ahora les hablaré del dequeísmo y el queísmo. La venidera semana culminaré esta serie con la redundancia, el pleonasmo y la ambigüedad o anfibología.
     El uso inapropiado de la secuencia “de que” es lo que se conoce como dequeísmo. Debe evitarse antepuesta a las oraciones subordinadas: “Le dijeron de que tenía que matricularse mañana”; “Los alumnos comentaron de que el profesor postergaría el examen”; “Los investigadores creyeron de que el tema elegido tenía mucha información”; “La universidad informó de que no habrá clases el lunes”. Lo correcto es: “Le dijeron que tenía que matricularse mañana”; “Los alumnos comentaron que el profesor postergaría el examen”; “Los investigadores creyeron que el tema elegido tenía mucha información”; “La universidad informó que no habrá clases el lunes”.
     Pero, paralelo al dequeísmo está el queísmo, como fenómeno de ultracorrección entre quienes tratan de evitar el primero. Dicho vicio surge del mal empleo de la conjunción que: “La víctima del robo no se dio cuenta que el ladrón la perseguía”; “El veterinario se olvidó que tenía que aplicar la vacuna al perrito”. Las formas correctas son: “La víctima del robo no se dio cuenta de que el ladrón la perseguía”; y “El veterinario se olvidó de que tenía que aplicar la vacuna al perrito”. Vale aclarar que la ultracorrección no es más que incurrir en error al tratar de evitarlo. En el caso planteado, se evita el dequeísmo, pero se incurre en queísmo, que es igualmente detestable. Para distinguir entre uno y otro, no hace falta tener la imaginación de Gabriel García Márquez, de Borges o de Cervantes, sino conocer y manejar algunas reglas básicas y sentido común.
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com
     
    


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿La médico o la médica?

Etcétera y entre otros

¡Otra vez estadal y estatal!