Cuatro palabras colectivas y un error de concordancia

Cuatro palabras colectivas y un error de concordancia

     Hace pocos días el colega periodista y cuasipaisano, Grossman Parra Pinto, me expresó su parecer acerca del título del título de dos informaciones que aparecieron en un diario del estado Portuguesa, lo cual me da pie para hablar de cuatro palabras colectivas, mal utilizadas en el periodismo venezolano, sin excepción: problemática, armamento, maquinaria y vialidad, con la intención de procurar que quienes incurren en el despropósito, disipen sus dudas. A riesgo de que los aludidos se molesten, pues a muchos no les gusta que los corrijan, mi obligación moral es señalar la impropiedad y aportar soluciones. Antes de entrar en materia, agradezco una amable misiva del periodista Francisco Molina Ríos, corresponsal de Últimas Noticias en el estado Zulia, quien, luego de comentarios elogiosos, me manifestó su agradecimiento por formar parte del grupo de personas que de manera regular recibe Nuestro Idioma en su correo electrónico. Gestos como el de Molina Ríos me hacen sentir que el esfuerzo de más de veinte años no ha sido en vano. ¡Gracias, Francisco!
     El lunes 18 de setiembre de 2017 apareció en la página 8 de un importante medio de comunicación de esta entidad, una nota cuyo título fue: “Productores plantearon problemáticas ante la Gran Misión Abastecimiento Soberano”. De buenas a primeras, la impropiedad puede pasar inadvertida; pero si se lee con atención, se podrá notar que la redactora escribió problemáticas, en lugar de problemática, que es la forma correcta. Problemática, para quienes lo ignoran, es una palabra colectiva, es decir, conlleva la noción de pluralidad. Es, por definición, el conjunto de problemas. Entonces, desde ese punto de vista, el referido título pudo haberse escrito de dos maneras: “Productores plantearon problemática ante la Gran Misión Abastecimiento Soberano”. O en el mejor de los casos: “Productores plantearon sus problemas ante la Gran Misión Abastecimiento Soberano”.   
     Es frecuente leer crónicas de sucesos en las que los redactores, al referirse al decomiso de un arma, generalmente de fuego, hablan de armamento. Es indudable que no saben que armamento es igualmente una palabra colectiva que alude a un grupo de armas. Por esa razón, si a un individuo le incautan una pistola o un revólver, no tiene sentido escribir, por ejemplo: “Policía del estado Yaracuy detuvo a un ciudadano y le decomisó un armamento”, a menos que sea un arsenal. Algo parecido sucede con las notas de comunidad y con las de gobernaciones y alcaldías, que por lo general aparecen sin el crédito correspondiente. Siempre escriben, por ejemplo: “Gobernación de Portuguesa utilizó maquinarias pesadas para despejar la vía y restablecer el tránsito”. O: “La Alcaldía de Páez reasfaltó la vialidad Acarigua-Mijagüito”. Cabe acotar que las palabras maquinaria y vialidad también son colectivas. La primera es un conjunto de máquinas; y la segunda, de vías. De modo pues que, lo correcto habría sido que la Gobernación de Portuguesa utilizase máquinas pesadas o maquinaria pesada.
     De la misma forma, la Alcaldía de Páez reasfaltó la vía Acarigua-Mijagüito, no la vialidad, a menos que el trabajo se haya extendido hacia los ramales de esa importante carretera que comunica al municipio Páez con Turén.
     En cuanto a la otra información señalada por Parra Pinto, esta apareció el mismo día en la última página del diario al que aludí en el segundo párrafo de este escrito, con un título que copiado a la letra dice: “Comunidad enardecida Linchan y queman vivo a presunto delincuente”. Hay un error de concordancia con los verbos linchar y quemar y un uso inadecuado de letra mayúscula. El sujeto de la oración es comunidad enardecida, que por regla elemental debe concordar en número con los verbos mencionados. Mejor habría sido escribir: “Comunidad enardecida lincha y quema vivo a presunto delincuente”; pero aun así, no estaría bien del todo, pues si fue linchado, se supone que estaba muerto al momento de haber sido quemado. Habría que preguntarle al redactor qué entiende por linchar y por qué utilizó ese verbo con inicial mayúscula.    
     Estos errores aparecen con altísima frecuencia, dado que muchos directores de periódicos y redactores no se han convencido de la responsabilidad que tienen ante el público. Solo les interesa cumplir una pauta y llenar un espacio.
@nuestroidioma65

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