Sí hay de qué

Sí hay de qué



     La joven y talentosa colega periodista Alimar Bueno me ha pedido que dedique un comentario acerca de uno de los vicios más comunes en el lenguaje oral y escrito, como lo es el dequeísmo, que no es otra cosa que  el uso incorrecto de la forma de que. Alimar fue, junto con el también compañero en el quehacer de la palabra, Héctor González, promotora y organizadora del taller “Vicios en la redacción y cómo evitarlos”, dictado el 2 de diciembre pasado en San Carlos estado Cojedes, del que tuve el placer y el honor de ser facilitador. Su preocupación es la misma de muchas personas que emplean el lenguaje como herramienta básica de trabajo, que se esmeran por mejorar su escritura y expresión oral. Por eso, una vez me más referiré al tema, y para tal efecto trataré de ser lo más explícito posible, en virtud de contribuir con erradicar las dudas. Es un tema un tanto complicado; pero si se emplea el sentido común, se logrará un manejo relativo, con el que será posible vencer las dificultades.
     El dequísmo conlleva la obligación de hablar del queísmo, que es igualmente una impropiedad que debe evitarse. Y ya que les he habado de San Carlos, es propicia la ocasión para informarles que existe la intención de llevar a cabo un nuevo taller, para lo cual ya han comenzado las diligencias. De igual forma, me es grato anunciar que he iniciado las gestiones de rigor para dictar otro en Acarigua-Araure, que estaría avalado por el CNP Portuguesa, cuya fecha y costo están por definirse. Agradezco la gentileza de la licenciada Mariángel Martínez, quien ha ofrecido todo el apoyo requerido para que esa iniciativa se concrete.
     Es común y corriente leer u oír expresiones como: “No le importa de reconocerlo”; “No nos importa de que nos vean”; “Estoy deseando de abrazarte”, “Pienso de que la orden no es justa”; “Te prohíbo de que pises mi casa”, etc. Eso ocurre generalmente con verbos como decir, pensar, aclarar, aconsejar, advertir, afirmar, asegurar, contestar, creer, imaginar, negar,  señalar, sospechar, suponer, etc.
     Ahora, cómo evitar el dequeísmo, es la preocupación de muchos redactores, habida cuenta de que no existen reglas fijas que indiquen el uso, o en el mejor de los casos, que adviertan sobre el mal uso. No obstante, y es importante recalcarlo, el sentido común es el mejor aliado. El profesor Alexis Márquez Rodríguez en su libro “Con la lengua volumen uno”, muestra una forma práctica de evitar el dequísmo, y advierte que si se usan los verbos decir, pensar, aclarar, aconsejar u otro de la lista anterior, es obvio que se trata de decir, pensar, aclarar o aconsejar algo; si es algo empieza por que, se trata de decir que, y no de que. Por otro lado, si el verbo fuese enterarse, se supone que se trata de enterarse de algo; si ese algo va encabezado por un que, necesariamente deberá emplearse la forma de que: “Me enteré de que La Plaza derrotó a El Río en el Juego de las Estrellas de los años Sesenta”; “Me he enterado de que te botaron del trabajo”; “El pobre fulano no se había enterado de que su esposa le era infiel”; “Hasta ayer, nadie se había enterado del cierre de la emisora”.
     Como se sabe, el dequísmo es una impropiedad muy común en los medios de comunicación, y por ende en el habla cotidiana, debido al enorme poder inductivo que estos ejercen. El deseo de evitarlo ha desembocado en queísmo, que consiste en la supresión de la preposición de cuando sí debe ir, lo cual ha dado origen a expresiones como: “El médico estaba seguro que la intervención quirúrgica sería un éxito”; “Estamos conscientes que en lo sucesivo se agravará la crisis”; “Su trabajo fue efectivo, al punto que recibió grandes elogios”. En los tres ejemplos, por un fenómeno llamado ultracorrección, fue suprimida la de. Cabe aclarar que la ultracorrección consiste en incurrir en errores por tratar de evitarlos. Lo correcto habría sido: “El médico estaba seguro de que la intervención quirúrgica sería un éxito”; “Estamos conscientes de que en lo sucesivo se agravará la crisis”; “Su trabajo fue efectivo, al punto de que recibió grandes elogios”.
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